Se espera que Meghan Markle salga de cuenta en las próximas semanas, por lo que el nuevo bebe royal está cada vez más cerca de llegar. Debido a la nacionalidad estadounidense de su madre, el hijo de los Duques de Sussex también tendrá esta nacionalidad.
Pese a que Meghan Markle se convirtiese en la Duquesa de Sussex inmediatamente de casarse con el Príncipe Harry, se le considera todavía una ciudadana norteamericana, por lo que tiene que seguir declarando los impuestos de su país natal. Según el Daily Mail, al igual que ella, su futuro hijo o hija deberá tributar los ingresos de más de 2.100 dólares hasta que tenga al menos 18 años.
La primera vez que ocurre algo así en la Casa Real Británica
Esto significa que hasta que el nieto del Príncipe Carlos sea menor como para renunciar a su nacionalidad estadounidense, cualquier propiedad de su patrimonio formará parte del Servicio de Impuestos Internos. Esta es la primera vez que ocurre algo así en la Casa Real Británica tal y como ha señalado el fundador de declaraciones de impuestos estadounidenses, David Treitel, a la CNN: "No hay otro precedente de nadie más en la Familia Real que haya sido estadounidense".
Sin embargo, aunque Meghan Markle renunciase a su ciudadanía estadounidense, aún tendría que demostrar el cumplimiento del pago de impuestos durante cinco años, lo que abre su negocio financiero al IRS. El abogado de impuestos internos, Stuart E. Horwich, asegura que esta situación ya tendría que estar prevista por los gestores de la Casa Real Británica desde que los Duques de Sussex contrajeron matrimonio y dieron la noticia de que estarían esperando un hijo en común.