La Familia Real fue la última en llegar a este acto, donde ya esperaban sus familiares, amigos y autoridades para dar el último adiós al que fue miembro de la Familia Real durante catorce años. Junto al ataúd de su padre y al lado de su madre, Maud Angelica comenzó su discurso de la siguiente manera: "Querido papá. Recuerdo que en mi confirmación me hablaste y tus manos temblaban. Estás tan acostumbrado a estar en la televisión, así que cuando estrechaste mis manos me di cuenta de cuánto significaba para ti. Hoy voy a hablar yo de ti y también te estoy dando la mano". Y es que la hija mayor de Marta Luisa de Noruega ha tenido que enfrentarse a la muerte de su padre con 16 años.
La nieta del Rey Harald V depositó un retrato que le hizo a Ari Behn y que no le dio tiempo a dárselo en vida. Maud Angelica comentó que había trabajado durante diez horas para realizar este dibujo y que mientras lo hacía pensaba en las ganas que tenía de ver la reacción del padre al ver el retrato: "No poder dártelo me rompe el corazón", señaló la hija de Marta Luisa de Noruega. Durante diez minutos conmovió a los asistentes con un discurso que no solo destacó por estar dirigido de una hija a un padre, sino también por ser un alegato sobre la importancia de la salud mental: "Papá debía estar tan cansado que sintió que no tenía otra manera de salir de este mundo", confesó Maud Angelica, que aseguró que "siempre hay una salida".
Un discurso lleno de esperanza
Con estas palabras, el Foro Nacional de Psiquiatría ha decidido premiar a la joven por hablar sin tapujos de los trastornos mentales y del suicidio. El jurado ha sabido ver cómo Maud Angelica consiguió expresar su dolor a la vez que generó esperanza a través de sus palabras. Además, este Foro también ha valorado que en su texto afirmase que el suicidio no es la solución y que incluso en los momentos más oscuros de la vida siempre hay salida. "Eras mi héroe, papá. Te admiro y te quiero mucho, y me alegra saber que significabas tanto para tantas personas", concluyó la nieta mayor del Rey Harald. Al finalizar su discurso, Marta Luisa de Noruega y sus tres hijas se acercaron al féretro de Ari Behn para depositar flores.