"Llegaron sobre las seis y media al local. Tomaron cerveza y Coca-Cola en la barra, no se sentaron en ningún momento", confesó el dueño del local a la revista Semana. En ningún momento trataron de esconderse, ni siquiera escogieron un lugar que pasara desapercibido en el restaurante. Se quedaron de pie, en la barra, sin importarles que hubiese alguien a su lado.
Es evidente que no pasaron desapercibidos en ningún momento: "Había muchos curiosos que querían ver qué hacían y cómo se comportaban. Estuvieron cerca de dos horas en el interior del local. No estuvieron solos, había otras personas con ellos, entre otras, la Infanta Elena", afirmaba el dueño del negocio.
Trato cordial en público y en privado
Al igual que no se escondieron de los demás, tampoco se evitaron entre ellos dos en ningún momento: "Hablaron tanto entre ellos como con gente de allí. Fueron muy amables en todo momento. Estaban juntos y charlaban sin problema ni tensión aparente", decía al citado medio el dueño del restaurante. De este modo, se confirma que la cordialidad que demuestran tanto la Infanta como el exduque de Palma de puertas para afuera, es igual en la privacidad.
Ambos se esfuerzan por pasar página y de mantener una relación lo mejor posible cuando comparten tiempo, tal y como ha sucedido ahora a causa de la muerte de Eduardo Roldán, pero como también sucedió en Bidart. Tras siete meses desde que, a principios de 2022, se confirmase que Iñaki Urdangarin mantenía una relación con su compañera de trabajo, Ainhoa Armentia.