Así son y así se llevan el Rey Felipe de Bélgica, la Princesa Astrid y el Príncipe Laurent

Desde que el Rey Felipe ascendiese al Trono de los Belgas en 2013 tras la abdicación de su padre, muchas cosas han cambiado en la Familia Real. Aquejados desde hacía años por escándalos de toda clase, los Sajonia-Coburgo-Gotha viven ahora un periodo de relativa tranquilidad, pero ya se sabe que "quien siembra vientos, recoge tempestades" y difícilmente podrán borrar ese pasado no tan lejano. Como testigos vivientes de ello están la Princesa Astrid y el Príncipe Laurent, hermanos del actual soberano e hijos de Rey Alberto II. Pero... ¿Cómo es la relación del Rey Felipe con ellos? ¿En qué medida ha contribuido cada uno a la situación actual de la monarquía belga?

El Rey Felipe

El actual Rey de los Belgas nació el 15 de abril de 1960, cuando ni siquiera su padre había sido coronado. Es más, las posibilidades de que el por entonces Príncipe Alberto de Lieja sucediese a su hermano, el Rey Balduino, eran más bien remotas y con el paso de los años irían haciéndose todavía más lejanas. La razón es sencilla y compleja al mismo tiempo: el Rey Balduino no tenía hijos y por lo tanto el siguiente en la línea de sucesión era su hermano Alberto, pero éste nunca se había mostrado interesado en la tarea de reinar. En cuanto nació el Príncipe Felipe, había una nueva ficha sobre el tablero de juego.

La Reina Fabiola susurrando al Rey Alberto de Bélgica en un acto público

Este contexto es vital para entender la formación que tuvo el primer hijo de Alberto y Paola de Bélgica, quienes debido a sus mutuas infidelidades y escarceos amorosos prestaron poca atención a sus tres retoños. En el caso del Príncipe Felipe, fueron sus tíos quienes se volcaron en su educación de cara a que llegado el momento fuese él quien les sucediera. Al fin y al cabo, los Reyes Balduino y Fabiola carecían de descendencia, por lo que desde el primer momento vieron en Felipe al hijo que nunca tuvieron.

Cursó sus primeros estudios en Bélgica y realizó, como manda la tradición entre los miembros masculinos de la realeza, la carrera militar hasta llegar a ser Teniente General de los Ejércitos de Tierra y Aire y Vicealmirante de División de la Marina. Posteriormente complementaría su educación en el Trinity College de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y en la Universidad de Stanford (California). Un currículum que se complementa con el dominio del francés, el neerlandés, el alemán y el inglé s y que lo convirtió en uno de los príncipes mejores preparados de Europa.

El Rey Felipe de Bélgica besa a la Reina Matilde en los actos finales de su coronación

No obstante, había una asignatura pendiente que le costó mucho superar: la soltería. Mientras que la mayoría de sus homólogos iban contrayendo matrimonio, el Príncipe Felipe superaba ya los 30 y no había indicios de que su estado civil cambiase. Es más, comenzaron a circular rumores de una posible homosexualidad que, años después se avivarían tras la publicación de una biografía en la que se afirmaba que el príncipe había tenido una "amistad íntima" con el Conde Thomas de Marchant.

Sea como fuere, el hecho de estar soltero jugó en su contra tras la muerte del Rey Balduino en 1993 y, a pesar de ser el Heredero al Trono "de facto", el Gobierno y gran parte de su familia consideraron que todavía no estaba preparado para asumir la Jefatura del Estado. De ese modo, fue su padre quien se convirtió en el nuevo Rey de los Belgas con el nombre de Alberto II y así sería durante las siguientes dos décadas.

El Rey Alberto II de Bélgica junto a su hijo Felipe en la ceremonia de abdicación

Un tiempo en el que Felipe de Bélgica consiguió al fin encontrar el amor gracias a la aristócrata Matilde d'Udekem, casarse con ella el 4 de diciembre de 1999 y formar una gran familia con sus cuatro hijos: Isabel (2001), Gabriel (2003), Manuel (2005) y Leonor (2008). Fue una larga espera, pero al final su padre se vio obligado a abdicar en 2013 debido a los innumerables escándalos que amenazaban su reinado. Fue así como, el 21 de julio de 2013, Felipe Leopoldo Luis María de Sajonia-Coburgo-Gotha se convirtió en el séptimo Rey de los Belgas.

Superado ya el lustro de reinado, el Rey Felipe puede presumir de haber conseguido reflotar la monarquía en su país y haberle devuelto la popularidad perdida durante los últimos años. Demostrando así que realmente sí estaba preparado para asumir la tarea para la que había sido educado y gracias al incuestionable apoyo de la Reina Matilde.

Los Reyes Felipe y Matilde de Bélgica junto a sus hijos celebran los cinco años del Rey Felipe en el trono

La Princesa Astrid

En cuestión de dos años, Alberto y Paola de Bélgica tuvieron a su segunda y única hija el 5 de junio de 1962. Fue bautizada como Astrid en honor a su fallecida abuela paterna, una de las reinas más queridas de la dinastía en siglos de historia y con la que no solamente comparte nombre, sino también parte de la popularidad de la que gozó en su día la Reina Astrid. Eso sí, en el caso de la princesa el cariño por parte del pueblo radica más en su laboriosidad y modestia que en su carisma personal.

Estudió Historia del Arte en Leiden (Holanda) y complementó estos estudios con una formación de carácter político en Ginebra y Estados Unidos. Desde pequeña había dado muestras de que ella no entraba en ese extendido estereotipo de princesa glamurosa y dedicada a la caridad, por lo que en 1997 sorprendió a todos al alistarse a las Fuerzas Armadas de su país y alcanzar con el tiempo el rango de Coronel de Unidad Médica.

Astrid de Bélgica durante la reunión con el Comité Paralímpico Internacional

Eso sí, sin dejar de lado esa vertiente solidaria tan propia de los miembros de la realeza: es Presidenta honorífica de la Cruz Roja de Bélgica, de la Fundación Médica Reina Isabel y de la Organización Europea para la Investigación y Tratamiento del Cáncer. Pero no solo eso, sino que también tiene su propia fundación, Roll Back Malaria, destinada a luchar contra esta enfermedad tan extendida en el continente africano.

En el terreno personal, con tan solo 22 años decidió casarse con el Archiduque Lorenzo de Austria-Este. Una decisión que, a pesar de su juventud, fue ampliamente bien acogida debido a que el novio era nieto del último Emperador de Austria y estaba emparentado con la Familia Real Española en calidad de descendiente de la Infanta María Teresa (hija del Rey Felipe IV). La boda se celebró el 22 de septiembre de 1984 y de este modo la princesa añadió a sus títulos el de Archiduquesa de Austria-Este, mientras que su marido adquirió en 1995 el de Príncipe de Bélgica.

Astrid y Lorenzo de Bélgica en la cena de gala previa a la boda de Guillermo y Stéphanie

Los hijos de la pareja - Amadeo (1986), María Laura (1988), Joaquín (1991), Luisa María (1995) y Leticia (2003) - son al mismo tiempo Príncipes Imperiales de Austria y Príncipes de Bélgica. No solo eso, sino que tras la supresión de la Ley Sálica, están incluidos también en la Línea de Sucesión al trono de Bélgica tras su madre, su tío y sus primos. Sin embargo, la Princesa Astrid, tal y cómo declaró el periodista Reinout Goddyn en un documental sobre la Familia Real Belga: " No quiso educar a sus hijos como príncipes y princesas, sino como a personas responsables que tienen que ganarse la vida y tomar decisiones por sí mismos".

El Príncipe Laurent

El benjamín de la familia nació el 19 de octubre de 1963 en un momento en el que la armonía familiar brillaba ya por su ausencia y ninguno de sus progenitores se molestaba en disimular sus respectivas infidelidades. Mientras que sus hermanos mayores todavía habían podido convivir un poco más con sus padres, el Príncipe Laurent tuvo que pasar una infancia muy solitaria y en la que llegó a haber episodios de acoso escolar.

Los Reyes Alberto y Paola de Bélgica junto al Príncipe Laurent en un acto público

Esto condicionó mucho su carácter posterior, ya que aunque se formó militarmente en el Royal Cadet High School y en la Royal Military Academy, siempre ha sido el miembro más rebelde, díscolo e inconformista de la Familia Real Belga. Lo fue durante el reinado de su padre y lo sigue siendo ahora que es su hermano mayor quien está sentado en el trono.

En 2003 se casó con la topógrafa Claire Coombs y han tenido tres hijos, pero antes de sentar cabeza habían tenido durante su juventud varias novias a cada cual peor. Siempre se ponía el foco en la poca validez de ellas para casarse con un príncipe, pero en 2011 un documental de televisión se hizo eco del testimonio de Diane de Schaetzen, quien le acusaba de haberla sometido a malos tratos cuando estuvieron juntos. Un testimonio que apoya el biógrafo del príncipe, Thierry Debels: "Una noche, tras una fuerte discusión, le pegó un puñetazo. Existen radiografías hechas en el hospital que así lo constatan. Diane dijo en su trabajo que el moratón en la cara había sido causado por un accidente".

Los príncipes Laurent y Claire de Bélgica acuden a una misa en Bruselas

El hijo menor de Alberto II, por el contrario, niega categóricamente los hechos: " Esta señorita quería verme continuamente. No paraba de llamarme. Si le hubiera pegado, ¿por qué no me dejó de inmediato? Es todo un disparate ". Para él, este y los escándalos posteriores (acusación por malversación de fondos, intercambio de favores, derroche de dinero...) parecen resultar de una conspiración en su contra por parte de los medios de comunicación e incluso de su propia familia.

Así lo declaró él mismo en una entrevista televisada en 2015: " Todo empezó con mi tío, siguió con mi padre y ahora es el turno de mi hermano. Todos ellos tienen un entorno que quiere perjudicarme, que quiere obstaculizarme a la hora de trabajar ". Y es que, a pesar de ser Presidente del Real Instituto para la Gestión Sostenible de los Recursos Naturales y la Promoción de la Tecnología Limpia y fundador también de su propia ONG de protección animal, lo cierto es que en el terreno empresarial todos los negocios que ha emprendido han acabado por resultar infructuosos.

El Príncipe Laurent durante el funeral de la Reina Fabiola de Bélgica

Así se llevan los hermanos Sajonia-Coburgo-Gotha

En 2002, la publicación de una biografía no autorizada de la Reina Paola sacó a la luz la existencia de una supuesta hija ilegítima del Rey Alberto nacida de su relación extramatrimonial con la Baronesa Sybille de Selys-Longchamps a finales de los años 60. En caso de confirmarse que la susodicha (Delphine Boël) sea realmente hija del exmonarca, serían cuatro los hijos entre los que tras su muerte deberá repartirse la herencia. Pero, lejos de lo que podría pensarse en un primer momento, la aparición de esta supuesta hermana no ha supuesto un conflicto demasiado grave para los Sajonia-Coburgo-Gotha.

Siendo honestos, la realidad es que su relación fraternal ya estaba deteriorada desde mucho antes. Sobre todo en lo que se refiere al Príncipe Laurent. A pesar de haber estado muy unido a sus hermanos durante su infancia , con el tiempo los escándalos fueron distanciándole tanto de ellos como de sus propios padres. De hecho, durante los últimos años de reinado de Alberto II, las continuas salidas de tono protagonizados por su hijo pequeño acabaron casi enemistándoles y solo gracias a la intermediación de la Princesa Claire consiguieron reconciliarse parcialmente.

Felipe y Matilde de Bélgica con el Príncipe Laurent, la Princesa Astrid y el Príncipe Lorenzo

En cuanto a la relación con sus hermanos, podría decirse que hubo un antes y un después tras la subida al trono del Rey Felipe. A pesar de que desde el primer momento manifestó su intención de que tanto el Príncipe Laurent como la Princesa Astrid "tengan su propia área de trabajo y que nunca se sientan innecesarios", la realidad ha sido muy distinta. La incompatibilidad de caracteres que le separa de su hermano pequeño lo ha llevado a prácticamente excluirlo de la agenda oficial, mientras que la Princesa Astrid tiene un papel cada vez más importante en ella.

Discreta y poco dada a llamar la atención al igual que el nuevo soberano, la Archiduquesa de Austria-Este ejerce desde 2013 como representante de Bélgica en las misiones económicas en calidad de Presidenta de Honor de la Agencia para el Comercio Exterior. Un puesto protagonista del que nunca gozó durante el reinado de sus padres pero al que accedió gracias a su hermano, que ve en ella un valor en alza para la nueva imagen de la Monarquía Belga.

Los Principes Lorenzo, Astrid, Claire y Laurent en el Día Nacional de Bélgica 2014

La Princesa Astrid es, además, el único miembro de la Familia Real que mantiene relación con todos sus hermanos y con sus padres, lo que la convierte en la persona indicada para reconciliar a ambas partes en conflicto desde hace años. En este sentido, y gracias a su amistad con la Princesa Claire, ha conseguido que el Príncipe Laurent no se sienta tan excluido como él considera estar. Pero de ahí a conseguir la reconciliación total de la Familia Real Belga, todavía hay mucho trabajo por hacer y solo el tiempo dirá si se trata de una misión imposible.