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El Rey Juan Carlos no levanta cabeza. Mientras sigue adelante con la recuperación de su operación cardíaca de agosto de 2019 y lucha contra sus problemas de movilidad, le ha tocado lidiar con accidentes inesperados que si no han sido graves, sí han resultado toda una molestia.
Uno de ellos se ha conocido debido a la afición de Juan Carlos I por el tenis, y más concretamente con el juego de Rafa Nadal, amigo personal del Rey Emérito. El padre de Felipe VI viajó a Londres para apoyar al de Manacor en el partido que disputó contra Alexander Zverev en la fase de grupos de Copa de Maestros. Allí, su presencia no pasó desapercibida, y no solo por el hecho de ir, que también, sino por la herida que lució.
El Rey Juan Carlos se recupera
Don Juan Carlos tiene una gran brecha en la frente que según El Español, se debió al golpe que se dio contra la rama de un árbol cuando daba un paseo. Afortunadamente, y a pesar de que el golpe debió ser fuerte, no reviste gravedad y se está curando muy poco a poco. Lamentablemente, no dio mucha suerte a Rafa Nadal. El mallorquín cayó ante el alemán por (2-6, 4-6) y se complicó el pase.
A sus 81 años, el Rey Juan Carlos cuenta con una salud delicada marcada por sus problemas de movilidad. Su talón de aquiles son las caderas, que dificultan su día a día. Sin embargo, ni eso le impidió competir en los campeonatos mundiales de vela ni viajar. Su corazón sí ha provocado que aminore la marcha, aunque poco a poco está recuperando sus aficiones y en cuanto pueda, volverá a las regatas.