El nacimiento de Lili no fue vía comunicado de la Casa Real Británica, cuyos miembros se limitaron a enviar sus mejores deseos a los Sussex al hacerse público el nacimiento, sino en un comunicado desde la web de Archewell, desde donde realizan anuncios personales y profesionales. En esta ocasión tenían algo muy importante que comunicar, y lo hicieron con un mensaje enviado por su equipo al que siguió una declaración del Duque y la Duquesa de Sussex.
Una incógnita que se resolvió pronto
Así, en un comunicado indicaron la fecha de nacimiento, el lugar, los nombres de la niña, el porqué de las elecciones y cómo se va a conocer a su hija. Por su parte, cuando nació Archie no se ofrecieron tantos detalles. "Su Alteza Real la Duquesa de Sussex ha dado a luz a las 05:26 horas del lunes 6 de mayo. El bebé pesa 3 kilos y 300 gramos y tanto Su Alteza Real como el bebé están bien", se dijo en su momento, añadiendo que el Príncipe Harry había estado presente en el parto y haciendo referencia no solo a los miembros de la Familia Real Británica y a Doria Ragland, sino a los hermanos de Lady Di: "Lady Jane Fellowes, Lady Sarah McCorquodale y el Conde Spencer han sido informados y están encantados con la noticia".
No se dijo ni el nombre, ni los títulos o mejor dicho la falta de títulos, un asunto con el que había mucha expectación al no estar claro lo que iba a pasar, ni tampoco se hizo referencia al lugar en el que había nacido Archie. Para los primeros temas y para conocer al bebé solo hubo que esperar dos días, cuando el Príncipe Harry y Meghan Markle realizaron la presentación oficial de su primogénito en St George's Hall en Windsor Castle. Sin embargo, no se quiso decir dónde había nacido el cuarto nieto del Príncipe de Gales y se calificó como un asunto privado.
Tuvo que ser la prensa la que informó al descubrir que Meghan Markle había dado a luz en el Portland Hospital de Londres, el mismo en el que casi dos años después nacería August Brooksbank, hijo de Eugenia de York y Jack Brooksbank. La idea de la Duquesa de Sussex era dar a luz en Frogmore Cottage, pero al ver que no era posible terminó haciéndolo en este hospital londinense en el que también habían nacido las Princesas Beatriz y Eugenia de York. Por las razones que fueran, el Príncipe Harry y Meghan Markle consideraron que querían guardarse esa información para ellos, aunque la incógnita no duró mucho.
En el caso de Lili, y a pesar de que controlan todo y ya no dependen de lo que diga o no diga Buckingham Palace, no han tenido inconveniente en decir que su hija nació en el Santa Barbara Cottage Hospital. Quizás lo han hecho para poner en valor este hospital en el que cada año nacen unos 2.400 bebés y que fue fundado en 1888 por un grupo de 50 mujeres que querían mejorar la calidad de vida y la salud de la ciudadanía de Santa Barbara o a lo mejor deseaban desmentir los rumores de la idea de un parto de casa, como se había dicho. Sea como fuere, ha resultado curioso cómo se ha dado tanta relevancia al lugar de nacimiento de Lili, mientras que se quiso mantener el secreto cuando nació Archie.