El Príncipe Harry y Meghan Markle se despiden de su casa secreta que dejó de serlo cuando fue descubierta por la prensa británica. La pareja tenía un contrato de arrendamiento de dos años en la antigua granja de una pintoresca aldea en el período previo a su boda en 2018 y en la que pasaron la mayoría de los fines de semana.
Los amigos de la pareja aseguran que esta casa proporcionaba a los Duques de Suxsses la oportunidad de escapar del Palacio de Kensington. Se había anticipado que la pareja, que están esperando su primer hijo, mantendría la casa después de mudarse de Londres a Frogmore Cottage en primavera de 2019. Sin embargo, Daily Mail asegura que el contrato se cancelará antes de tiempo y se despedirán de ella en marzo.
Altos costes
Una fuente anunció que el movimiento repentino se debe al hecho de que están luchando para pagar el mantenimiento de dos propiedades y que se espera que los trabajos de reforma en Frogmore Cottage cuesten hasta 3 millones de libras.
Mientras que los contribuyentes asumirán la mayor parte de la factura, el Príncipe Harry y Meghan Markle tendrán que pagar por todas las instalaciones y accesorios ellos mismos. Sin embargo, otra fuente insistió en que las finanzas no eran un problema y sugirió que la verdadera razón detrás de la acción era la seguridad. La casa no está situada en una finca muy protegida, como Windsor o Sandringham y, aunque se han implantado medidas de seguridad, la casa no es una residencia real permanente y, por lo tanto, no está tan protegida como debería estar.