Hamzah bin Al Hussein ha tomado la decisión de decir adiós a la dignidad que le corresponde desde su nacimiento.
Hazmah de Jordania ha dado un paso más, uno que no se esperaba que diera, al renunciar a su título de Príncipe de Jordania, dignidad que le corresponde y a la que tiene derecho desde su nacimiento como hijo del Rey Hussein II de Jordania. Sin embargo, ya no desea ostentar el título y lo ha hecho saber a través de un comunicado.
"Conforme a lo que he atestiguado en los últimos años, he llegado a la conclusión de que mis convicciones personales, que mi padre me infundió y a las que a lo largo de mi vida he intentado duramente adherirme, no están en sintonía con los enfoques, las tendencias y los modernos métodos de nuestras instituciones", señaló Hazmah de Jordania en su comunicado. "Por una cuestión de honestidad con Dios y con mi conciencia, no veo más remedio que renunciar al título de Príncipe. Tuve el gran honor de servir a mi amado país y a mi querido pueblo durante los años de mi vida. Permaneceré leal a nuestra querida Jordania, como siempre lo he sido y seré", añadió el hijo de Hussein y Noor de Jordania.Hamzah de Jordania había pedido perdón
Esta decisión ha llegado casi un mes después de otra carta, esta difundida a través de la Casa Real Jordana, en la que pedía perdón al Rey Abdalá, su medio hermano, por haber participado en un complot contra el Monarca que fue desarticulado antes de que se produjera.
"Mi hermano, Su Majestad el Rey Abdullah II Al Hussein. Escribo a Su Majestad con mi más profundo respeto y aprecio y pido a Dios que lo proteja y le conceda buena salud y que siga siendo un pilar de fortaleza para nuestra nación y nuestra familia. El año pasado, nuestra amada Jordania soportó circunstancias difíciles y un capítulo lamentable en su historia. Sin embargo, nuestro país perseveró, guiado por su sabiduría, paciencia y tolerancia. Los meses que han pasado desde entonces me han brindado la oportunidad de mirar honestamente hacia adentro y reflexionar sobre mí mismo, y me veo obligado a escribirle a usted, mi hermano mayor y cabeza de nuestra familia hachemita, con la esperanza de que podamos pasar página en este capítulo en la historia de nuestro país y de nuestra familia", manifestó el en aquel momento Príncipe Hamzah en su carta.
"Me he equivocado, Majestad, y errar es de humanos. Por lo tanto, asumo la responsabilidad por las posiciones que he tomado y las ofensas que he cometido contra Su Majestad y nuestro país en los últimos años, que culminaron en los eventos del caso de sedición. Busco el perdón de Su Majestad, sabiendo que siempre ha sido muy indulgente. Pido disculpas a Su Majestad, al pueblo de Jordania y a nuestra familia, por mis acciones que, si Dios quiere, no se repetirán. Reafirmo, como prometí ante nuestro tío, Su Alteza Real el Príncipe El Hassan bin Talal, que seguiré los pasos de nuestros antepasados y permaneceré fiel a su legado, dedicado a su camino de servicio al pueblo de Jordania, y comprometidos con nuestra Constitución, bajo el sabio liderazgo de Su Majestad. Que Dios proteja a Su Majestad como un líder inspirador y un hermano compasivo, y que Dios le conceda a usted y a Su Alteza Real el Príncipe Heredero Al Hussein bin Abdullah todos los éxitos al servicio de Jordania y en la conducción de nuestro país en un curso que, si Dios quiere, siempre será uno de orgullo y logros. La paz, la misericordia de Dios y las bendiciones sean con ustedes. Su hermano, Hamzah bin Al Hussein", finalizó Hamzah de Jordania.
En aquel momento le pedía perdón y apelaba a su indulgencia para permitirle salir de su arresto domiciliario. Expresaba además su apoyo al Rey y al Príncipe Heredero, Hussein, hijo de Abdalá y sobrino de Hazmah, que fue además la persona que le sustituyó en el estatus de sucesor. Ocurrió en 2004, cuando el Rey Abdalá destituyó a su medio hermano como Príncipe Heredero para otorgarle este estatus al Príncipe Hussein, primogénito de Abdalá y Rania de Jordania. Esta decisión habría sido fundamental para que Hamzah de Jordania se lanzara a liderar un complot que fue desactivado, acabó con él en arresto domiciliario y ha terminado por costarle incluso su título de Príncipe de Jordania.