El Duque de Edimburgo es un hombre de récord. Además de haber sido el consorte en ejercicio con más años de servicio a la Corona al haber estado al lado de la Reina entre 1952, cuando Isabel II comenzó su reinado, y 2017, fecha en la que el Príncipe Felipe se retiró de los actos oficiales. Superó así a la Reina Carlota, consorte que sirvió durante 57 años y 70 días. Es también el hombre más longevo de la Familia Real Británica y puede ser la persona de la dinastía que más años ha vivido si supera los 101 años de la Reina Madre y los 102 de la Princesa Alicia, Duquesa de Gloucester.
El consorte de la Reina Isabel no solo ha mostrado poco interés en celebrar con grandes actos su centenario, acontecimiento que se produce el 10 de junio de 2021, sino que dos décadas atrás había expresado públicamente su deseo de no vivir un siglo como había hecho la Reina Madre. En aquel momento estaba cerca de los 80 y confesó con su habitual estilo que ya había partes de él que se estaban cayendo.
Sin embargo, no solo camina hacia los 100 años, sino que su salud es bastante buena teniendo en cuenta su avanzada edad. Si bien es cierto que su vista está fallando y que tiene graves problemas auditivos, además de estar débil en algunos momentos y de ciertos achaques, puede considerarse afortunado, aunque también tiene ciertos secretos en forma de hábitos saludables que le han ayudado a vivir tanto y tan bien.
Activo y bien alimentado
El Príncipe Felipe no ha llegado a ser Rey, al menos no en el título, pero sí desayuna como uno. Es consciente de la importancia de un buen desayuno y le gusta comer huevos revueltos e introducir siempre pescado en su dieta. Siempre fue muy deportista, con pasión principalmente por el polo y el cricket, lo que le ha ayudado además a mantenerse en forma tanto físicamente como psicológicamente. Así lo confirma Anna Hemming, médica que trabajó para la Casa Real Británica y que aseguró a Hello! que los hábitos saludables del consorte real han jugado un papel importante en su longevidad.
También le ayudó el haberse retirado de los actos oficiales en 2017 y liberarse del estrés. Desde entonces se instaló en Wood Farm, en los terrenos de Sandringham. Allí, donde ha estado siempre bien atendido, recibía visitas de vez en cuando, lee mucho, escribe cartas, ve los programas que le gustan, pinta y se mueve todo lo que puede. Tiene una mente muy activa e intenta hacer lo que hacía antes, pero más despacio. Desde marzo de 2020 tuvo que adaptar esos hábitos a otra vida en Windsor Castle, lugar en el que se confinó junto a la Reina Isabel debido a la pandemia. Tras unas vacaciones en Balmoral y un par de semanas en Wood Farm, la pareja real regresó a Windsor Castle. Allí recibieron la vacuna contra el coronavirus el 9 de enero de 2021, una gran esperanza para recuperar la normalidad perdida.