CEREMONIA SOLEMNE

Guillermo de Luxemburgo se convierte en Lugarteniente: sus palabras, gestos de cariño y lo que le espera antes de reinar

El Gran Duque Heredero se ha convertido en Lugarteniente Representante tras la firma de su padre, Enrique de Luxemburgo, y su juramento en la Cámara de Diputados.

Guillermo Álvarez Corrales 08 Octubre 2024 en Bekia

Galería: La Familia Ducal de Luxemburgo en imágenes

Aunque en las Casas Reales de Países Bajos y Luxemburgo hay tradición de abdicar, siempre hay sorpresa cuando el soberano o soberana anuncia su decisión de transmitir la Corona en vida a su heredero o heredera. Sin embargo, en Luxemburgo hay una figura que supone una transición entre un reinado y el siguiente por la que el Gran Duque anuncia que el Gran Duque Heredero se convierte en Lugarteniente Representante.

De este modo, durante un tiempo, que pueden llegar a ser años, conviven el Gran Duque como Jefe del Estado con el Gran Duque Heredero como Lugarteniente, que alcanza mayores responsabilidades. Esto supone una preparación todavía más amplia para el sucesor antes de que quien ostenta la Corona la ceda definitivamente.

Así ocurrió entre el Gran Duque Juan y su hijo Enrique, y así ha vuelto a pasar entre el Gran Duque Enrique y su hijo Guillermo. El 23 de junio de 2024, Día de la Fiesta Nacional, Enrique de Luxemburgo anunció el nombramiento del Príncipe Guillermo como Lugarteniente Representante para octubre.

El 8 de octubre de 2024 se celebró la solemne ceremonia de traspaso de poderes, que fue sencilla y que comenzó a las 15:00 horas en el Palacio Gran Ducal con la firma del Decreto por el que se nombró al Príncipe Guillermo como Lugarteniente Representante del Gran Duque Enrique I. El Decreto fue firmado por el Jefe del Estado y por el Primer Ministro, Luc Frieden, única autoridad política presente en la ceremonia, que elogió las figuras tanto de la pareja real que empieza a irse, como de la que comienza a adquirir más importancia.

Quienes sí estuvieron, además de por supuesto el padre y el hijo, fueron sus respectivas esposas. La Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo se debatía entre los sentimientos que le produce comenzar a decir adiós a su papel principal como Primera Dama, y su alegría por ver a su hijo dar un paso tan trascendental. Muy emocionada estaba la Princesa Stéphanie, que a 12 días de su 12 aniversario de boda con Guillermo de Luxemburgo ve cómo su figura alcanza mayor relevancia. Tras la firma, las dos parejas se saludaron con mucho cariño, fiel reflejo del importante momento que estaban viviendo.

A las 15:30 horas, el Gran Duque Heredero llegó a la Ceremonia en la Cámara de Diputados de Luxemburgo, que duró unos 20 minutos y en la que el Príncipe Guillermo realizó la jura necesaria para convertirse en Lugarteniente Representante: "Juro respetar la Constitución y las leyes, y cumplir fielmente mis deberes constitucionales", fueron sus palabras ante el Primer Ministro, el Presidente de la Cámara, Jean-Claude Wiseler, y las seis decenas de parlamentarios presentes en la sesión extraordinaria. También se habían reservado unas plazas para ciudadanos que previamente habían solicitado su presencia para ver en primera persona este momento histórico para Luxemburgo y para la dinastía Nassau-Weilburg.

El Gran Duque Heredero, y desde ese momento Lugarteniente Representante de Enrique I, expresó: "La Lugartenencia que comienza hoy es una doble prueba de confianza. La confianza de un padre en su hijo, pero también la confianza de un jefe de Estado en su sucesor. Agradezco de todo corazón a mi padre la responsabilidad que hoy me confía".

"También me gustaría agradecer a mi madre por su ejemplo de compromiso con los más vulnerables de nuestra sociedad. Y sobre todo un agradecimiento enorme a mi esposa, que siempre está a mi lado. Estoy muy agradecido por el apoyo que me brindaron durante los años de mi preparación y que me siguen brindando. Estoy muy orgulloso de poder, a partir de este día, trabajar aún más junto a nuestro Jefe de Estado y prometo dar lo mejor de mí para cumplir con mis nuevas responsabilidades".

Tras este acto, regresó a pie al Palacio Gran Ducal para saludar y dejarse ver por los ciudadanos. Comienza una nueva etapa para el Príncipe Guillermo, que sin embargo no se convierte en Jefe de Estado, aunque sí amplía responsabilidades. "Cada país tiene un solo jefe de Estado y el Gran Duque sigue siendo el único jefe de Estado de Luxemburgo", matizó el Primer Ministro.

"Por tanto, el Gran Duque seguirá pudiendo ejercer todos sus poderes constitucionales. Y como Jefe de Estado, seguirá representando al Estado. El Gran Duque es y sigue siendo el símbolo de nuestra unidad e independencia nacional", añadió Luc Frieden, para dejar claro el papel que sigue manteniendo Enrique I hasta su renuncia al trono.

El estrés que siente Guillermo de Luxemburgo

La figura de Lugarteniente-Representante es similar a una regencia, aunque sin tener al Jefe del Estado incapacitado. Con 42 años, y a punto de cumplir 43 años, (el 11 de noviembre de 2024), el Gran Duque Heredero ha dado un gran paso antes de asumir la Jefatura del Estado. Ya hay una fecha para la abdicación, pero no se ha querido revelar. La Gran Duquesa Carlota nombró a su hijo Juan Lugarteniente Representante el 4 de mayo de 1961 y abdicó el 11 de noviembre de 1964. El Gran Duque Juan hizo lo mismo con su vástago Enrique el 4 de mayo de 1998, y abdicó el 7 de octubre de 2000, así que siguiendo los ejemplos anteriores, la abdicación podría ser a finales de 2026 o a lo largo de 2027.

Guillermo de Luxemburgo, casado con la Princesa Stéphanie desde 2012 y padre del Príncipe Charles (2020) y del Príncipe François (2023), aceptará todas las responsabilidades que le ceda su padre antes de la abdicación, y sus decisiones tendrán la misma validez que si fuera Jefe del Estado.

Y aunque está contento al comenzar a asumir su destino, ha expresado en un podcast grabado junto a su padre el nerviosismo que siente por todo lo que se le viene encima: "Estoy estresado. Hace tiempo que sabía que iba a llegar este momento. Pero cuando llega, es otra cosa y estoy un poco nervioso". Aseguró además que este paso viene en el momento adecuado y que tiene una sólida experiencia como heredero. Asimismo, destaca la importancia de la lugartenencia porque "este periodo me dará la oportunidad de implicarme más en asuntos a los que no había tenido acceso antes. Son otras responsabilidades, conocer la política internacional y la diplomacia, los decretos que tengo que firmar, toda la parte legislativa, que tampoco conozco del todo".

Por su parte, el Gran Duque Enrique I manifestó que siente cierta melancolía al empezar a decir adiós, pero siente plena confianza en su hijo y en su preparación, así como en la de su nuera, llamada a ser Gran Duquesa de Luxemburgo. Señaló además que hasta que abdique va a seguir adelante con Visitas de Estado, visitas oficiales y otros actos de importancia tanto en Luxemburgo, como en el extranjero, pero siente que con casi 70 años y 24 años de reinado, "necesito quitar el pie del acelerador. He sido Jefe del Estado durante 25 años, sin contar el tiempo que fui Gran Duque Heredero. Eso también fue mucho trabajo".

"Empieza esta nueva etapa en mi vida. No me gusta mucho la palabra jubilación, pero suena así, sí". Tendrá por tanto más tiempo libre, que quiere aprovechar disfrutando de mayores estancias con María Teresa de Luxemburgo en su casa de Biarritz, Francia, y pasar más tiempo con sus nietos.

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