La Princesa Charlene regresó a Mónaco el 8 de noviembre de 2021 y protagonizó un emotivo reencuentro con su marido y sus hijos. Todo parecía estar en orden por fin, y aunque un tanto desmejorada, se pensaba que estaba ya recuperada. Nada más lejos de la realidad. Palacio Grimaldi comunicó que la Princesa Charlene se retiraba de los actos oficiales, y ante las especulaciones, el Príncipe de Mónaco anunció que la Primera Dama se encontraba en un centro de tratamiento fuera del país en el que intentaba recuperarse del todo.
Tenía que nutrirse con una pajita
Para estos amigos, les preocupa que la Familia Real de Mónaco haya subestimado la gravedad del estado de la Princesa Charlene, sobre todo después de las palabras de Alberto de Mónaco en las que daba por hecho que existía también un importante problema de salud mental: "Es injusto que se la represente con algún tipo de problema mental o emocional. No sabemos por qué Palacio Grimaldi minimiza que ella casi muere en Sudáfrica", añadiendo que "no está perdiendo la cabeza ni sufre problemas graves de salud mental".
Estos meses de convalecencia han sido horribles tras esta información que dio como resultado "problemas graves de sinusitis y deglución derivados de una cirugía anterior". La Princesa de Mónaco ha perdido además mucho peso debido a las consecuencias de las operaciones efectuadas para acabar con la infección: "No ha podido comer alimentos sólidos en más de seis meses debido a todas las cirugías por las que ha pasado. Solo ha podido ingerir líquidos a través de una pajita, por lo que perdió casi la mitad de su peso corporal. Está agotada por seis meses de cirugías y una incapacidad para comer adecuadamente, y extrañaba desesperadamente a sus hijos y a su esposo mientras estaba atrapada en Sudáfrica porque no podía viajar a casa", finalizan los amigos, que desean, como todo el mundo, que la Princesa Charlene logre recuperarse totalmente lo antes posible.