Dentro de la Familia Real Británica, la ausencia más sonada vino de la mano de Meghan Markle. El Príncipe Harry tuvo claro desde el primer momento que iba a volver a Reino Unido para despedir a su querido abuelo. Sin embargo, la Duquesa de Sussex, embarazada de su segundo hijo, se quedó en California con Archie. Los médicos le desaconsejaron viajar, y lo cierto es que teniendo en cuenta las tensiones familiares, ella misma optó por permanecer en Estados Unidos. Ya habrá tiempo para el reencuentro.
Otros de los que no acudieron fueron la Duquesa de Gloucester, la Duquesa de Kent, así como el Príncipe Michael y la Princesa Michael de Kent. Las dos primeras son esposas de los primos de la Reina Isabel, pero ha sido el Príncipe Michael el único primo que se quedó sin sitio. Además, los Kent son primos hermanos de la Reina, así como sobrinos segundos del Duque de Edimburgo. Pero hubo que elegir. También faltaron las divorciadas, es decir, Sarah Ferguson, Autumn Kelly y Lady Serena Armstrong-Jones. La Duquesa de York, que no ha sido nunca la nuera favorita del Príncipe Felipe, vive con el Príncipe Andrés, pero al estar divorciada ha perdido una plaza que ha permitido la presencia de otros. Lo mismo ha pasado con la exmujer de Peter Phillips y con la del Conde Snowdon, hijo de la Princesa Margarita.
La familia del Duque de Edimburgo estuvo representada con tres parientes alemanes. Las cuatro hermanas del Príncipe Felipe se casaron con príncipes alemanes, y a pesar de todo, ha seguido manteniendo contacto con algunos de ellos. Quería tener representación, y por eso se invitó a asistir al Príncipe Philipp de Hohenlohe-Langenburg, nieto de la Princesa Margarita de Grecia y Dinamarca, Bernhard, Príncipe Heredero de Baden, nieto de la Princesa Teodora de Grecia y Dinamarca, y al Príncipe Donato de Hesse, que no es sobrino pero sí pariente del Príncipe Felipe y representante de la Casa de Hesse, con la que emparentaron sus hermanas Cecilia y Sofía y a la que el propio Duque de Edimburgo pertenecía por línea materna. Hasta ahí bien, pero se echó de menos la presencia de los Hannover. Al enviudar, la Princesa Sofía se casó con Jorge Guillermo de Hannover, hermano de la Reina Federica de Grecia, madre a su vez de la Reina Sofía. De no haber pandemia, seguro que algún Hannover (Ernesto de Hannover está claro que no), habría acudido con gusto.
los Mountbatten fueron representados por Lady Penelope Knatchbull, Condesa Mountbatten de Birmania, esposa de Norton Louis Philip Knatchbull, tercer conde Mountbatten de Birmania y sobrino segundo del Príncipe Felipe. Hasta ahí bien, pero como única prima superviviente del Duque de Edimburgo, a la incombustible Lady Pamela Mountbatten, hija de Lord Mountbatten le habría gustado ir, como también a George Mountbatten, IV marqués de Milford Haven y representante de esta rama familiar.
Y por supuesto, aunque la realeza no pudo acudir y hubiera ido gustosa, los que más han sentido su ausencia, a los que de verdad se echa de menos, es a los Reyes Felipe y Letizia, que sentían mucho aprecio por su tío Philip, y sobre todo a la Reina Sofía, sobrina segunda y al mismo tiempo prima tercera del Duque de Edimburgo. Al mismo tiempo, Constantino y Ana María de Grecia, o quizás Pablo de Grecia en lugar de su padre debido a su delicada salud, habrían viajado a Reino Unido para despedir a su pariente. Además de estar emparentados y de representar a la dinastía en la que nació el Príncipe Felipe, los Reyes de Grecia mantuvieron una relación muy cercana con la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo durante las décadas que vivieron en Reino Unido durante su exilio. Les acogieron y les trataron con todo el cariño, y eso nunca se olvida.