Iñaki Urdangarin atraviesa uno de los peores momentos de su vida, pero en realidad su infierno empezó cuando la investigación del Caso Palma Arena dio con el Instituto Nóos. Allí acabó todo lo bueno que había vivido. Ahora está en la cárcel de Brieva (Ávila), centro penitenciario en el que ingresó el pasado lunes 18 de junio para cumplir los 5 años y 10 meses que le han caído de condena.
Es mucho lo que tiene que saber, mucho lo que tiene que preguntar, y necesita de gran ayuda para adaptarse, por mucho que haya escogido una cárcel de mujeres en la que el módulo de hombres está vacío salvo momentos muy concretos desde que Luis Roldán salió de allí en 2005. Sin embargo, el marido de la Infanta Cristina tenía una preocupación relacionada con su fe.
Pilar Eyre comenta en su blog que una de las primeras frases que pronunció Iñaki Urdangarin al pisar la cárcel fue: "¿Cuándo hay servicios religiosos?". El exjugador de balonmano es un hombre profundamente religioso, así que al ingresar en prisión ha querido saber cuándo puede contar con el consuelo de un sacerdote.
La buena noticia es que el jesuíta José María Fernández Martos, religioso que está curtido en asistir las almas de los presos, visita todos los domingos el centro penitenciario de Brieva para dar misa. Además, si alguien lo necesita, se persona en la cárcel para dar consejo y apoyar a la reclusa que lo esté pasando mal. En este caso, hay un recluso que quizás le necesite a partir de ahora.
La ayuda de la fe
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han necesitado ayuda psicológica para superar los problemas de estos años, pero no solo este tipo de profesionales les han apoyado, sino también la profunda religiosidad de la pareja.
El matrimonio reza todos los días el rosario y sienten una profunda fe. Ese fervor les ha unido en el dolor y les ha preparado para soportar lo que haga falta. Así, además de llevarse fotos familiares, el exjugador de balonmano se ha llevado a la cárcel un rosario y la imagen de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria, un regalo que le hizo su madre y que guarda como oro en paño.