La idea de la pareja es invitar al matrimonio Obama y dejar fuera a los Trump, lo que puede provocar la ira del presidente de Estados Unidos.
El 19 de mayo de 2018, Casas Reales de todo el mundo y autoridades se darán cita en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor con motivo de la boda que unirá en sagrado matrimonio al Príncipe Harry y Meghan Markle. Es posible que las invitaciones no se hayan enviado todavía, pero sí se están confeccionando las listas.
Y aquí hay un problema. A la pareja le gustaría que fueran Barack y Michelle Obama, con quienes el Príncipe Harry tiene una relación muy cercana que quedó además de manifiesto recientemente cuando el benjamín del Principe de Gales entrevistó al expresidente de Estados Unidos. Además, durante 8 años, Obama fue mandatario del país natal de Meghan Markle, y ella estaba encantada de tenerle como presidente. No es de extrañar que ambos quieran a los Obama en la boda, lo que está provocando nerviosismo dentro del Gobierno de Reino Unido. La causa es que según The Sun, piensan que Donald Trump puede tomarse mal que su antecesor vaya al enlace mientras él no ha podido todavía conocer a la Reina Isabel en un Viaje de Estado como reclama.
Después de posponerse, está previsto que Donald Trump visite Reino Unido en 2018, aunque no se dará al desplazamiento el tratamiento de Viaje de Estado, que es el más importante. Conociendo el carácter del empresario reconvertido en político, es posible que se produzca un conflicto diplomático debido a ese desaire.Todos contra Trump
Lo cierto es que la solución salomónica no sería invitar a las dos parejas, ya que en 2011, los Obama no acudieron a la boda de los Duques de Cambridge por el despliegue necesario. Ahora, podrían ir como invitados más o menos normales, lo que facilitaría su presencia, pero podría molestar a Trump, que no es que piense en ir porque tendría los mismos problemas que su predecesor, pero sí podría sentirse desairado. Quizás la solución sea darle todos los honores a su viaje a Reino Unido, aunque allí tampoco es especialmente bienvenido, ni por muchos británicos, ni por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que se ha manifestado en contra.
Meghan Markle también está en contra de Donald Trump t lo ha hecho saber públicamente. En 2016 calificó al presidente de misógino y dijo que prefería quedarse a vivir en Canadá, donde ha pasado 7 años grabando la serie 'Suits', si llegaba al poder. Finalmente no se queda en el país americano, pero tampoco en Estados Unidos, eso sí, ahora debe guardar silencio y no expresar sus opiniones en público, que es lo que debe hacer un miembro de una Familia Real.