La Reina Isabel lo intentó, pero su salud no le permitió participar en el segundo día de los actos centrales por el Jubileo de Platino, su Jubileo. Así, tras estar al pie del cañón en Trooping the Colour y el saludo desde Buckingham Palace, almorzar con toda su familia y por la noche realizar el encendido simbólico de las antorchas por el Jubileo de Platino, tuvo que apearse del resto de las celebraciones. En concreto, canceló su presencia en el último acto en el que se le esperaba : el Servicio de Acción de Gracias en la Catedral de St Paul de Londres.
La Monarca había sentido molestias en Trooping the Colour, y teniendo en cuenta el esfuerzo que requería su desplazamiento a St Paul, tuvo que cancelar y dejar al mando una vez más al Príncipe Carlos, su hijo y heredero, que presidió así este servicio religioso en honor a la Reina, pero sin la Reina. De todos modos, no solo se celebró en honor a la Monarca y sus 70 años de reinado, sino que esta misa se rindió tributo a personas de diferentes sectores de la sociedad que han contribuido al bien público como por ejemplos los trabajadores esenciales durante la pandemia.
Entre los 2000 invitados hubo políticos como Boris Johnson y expolíticos como David Cameron y Theresa May, representantes de la sociedad civil, de las Fuerzas Armas o de organizaciones benéficas y entidades. También por supuesto la Familia Real Británica casi al completo salvo algunos parientes lejanos, la Reina Isabel, así como el Príncipe Andrés, que causó baja debido a que había dado positivo en coronavirus.
El Príncipe Carlos ejerció de Rey sin serlo, como cuando abrió el Parlamento y leyó el discurso en nombre de la Reina Isabel, que había cancelado su presencia. No solo dejó clara su posición al llegar el último con Camilla Parker, que cerraron la comitiva como los royals de mayor rango allí presentes, ni tampoco al ocupar el lugar de honor, sino con la forma en la que entraron los invitados de la Familia Real Británica.
Si el día anterior salieron al balcón los miembros de la Casa Real Británica, es decir, los royals que representan a la Corona y la Reina, en el Servicio de Acción de Gracias hubo una mayor distinción y se dio mayores honores a las dos parejas más importantes de la Casa Real Británica.
Así, a las 12:00 horas en España (una hora menos en Reino Unido), aparecieron entre campanada y campanada los Duques de Gloucester, el Príncipe y la Princesa Michael de Kent, David Armstrong-Jones con su hijo Charles, Lady Sarah Chatto y Daniel Chatto con sus hijos Sam y Arthur Chatto, así como Peter Phillips, Zara Phillips y Mike Tindall, Lord Frederick Windsor y Sophie Winkleman, Lady Gabriella Windsor y Tom Kingston, además del Duque de Kent y sus descendientes y la Princesa Alexandra de Kent.
Poco después llegaron la Princesa Ana y Sir Timothy Laurence, el Príncipe Eduardo y Sophie de Wessex con sus hijos, Lady Louise y James Mountbatten-Windsor. Al momento entraron la Princesa Beatriz de York y Edoardo Mapelli Mozzi con la Princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, que suelen ir en pack en este tipo de actos, y por fin aparecieron el Príncipe Harry y Meghan Markle.
Los Duques de Sussex volvían a un acto oficial juntos por primera vez desde su salida de la Casa Real Británica, y debido a la posición del Príncipe Harry en la línea sucesoria, entraron los últimos antes de las grandes llegadas. Porque fue precisamente la línea de sucesión lo que marcó las llegadas y no la pertenencia o no a la Casa Real Británica.
Por último y 10 minutos después llegaron el Príncipe Guillermo y Kate Middleton y ya finalmente el Príncipe Carlos y Camilla Parker. El Príncipe de Gales, que tuvo un gesto con la Duquesa de Cornualles al colocarle el vestido cuando se levantó de su asiento, ejerció así de Rey sin serlo y caminó hacia el lugar de honor junto a Camilla y los Duques de Cambridge.
El resto esperaban, y así volvió a dejar claro que para él, la idea de la Monarquía es más reducida que la que ha tenido Isabel II. No quiere decir que cuando suba al Trono elimine de golpe a todos los miembros de la Casa Real Británica salvo a los Cambridge, que entonces serán los Gales, pero esa figura de una Monarquía tan extensa terminará cuando finalice el reinado de Isabel II.
Entrada con orden, salida más libre
Ya a la salida no hubo tanto orden y se pudo ver cómo por ejemplo los Duques de Sussex se mezclaban con Peter Phillips, Zara Phillips y Mike Tindall, con los que tienen muy buena relación, así como su tío segundo, el Conde de Snowdon. Los Windsor se marcharon a la recepción que el alcalde de Londres ofreció a la Familia Real Británica en Guildhall.
No hubo allí encuentro entre los Cambridge y los Sussex porque el Príncipe Harry y Meghan Markle no asistieron a la recepción. Tampoco lo hubo en St Paul porque el protocolo optó por separarles lo máximo posible. Así, mientras las cuatro parejas principales se sentaron en la primera fila del lado derecho, los Sussex se colocaron en la segunda fila del lado izquierdo.