La Princesa Grace asistió a la proclamación de Juan Carlos I en 1975, quizás pensando que a su amiga Victoria Eugenia le hubiera encantado haber estado presente en un momento trascendental en la vida de su nieto. Cuando 7 años más tarde moría Grace Kelly, los Condes de Barcelona fueron los encargados de representar a la Casa Real Española. Una década más tarde fallecía Don Juan, que fue despedido por Rainiero y Alberto de Mónaco, y cuando dejó este mundo la Condesa de Barcelona en 2000, los Grimaldi fueron representados por el Príncipe Alberto. Cuando murió el Príncipe Rainiero en 2005, Don Juan Carlos viajó a Monte-Carlo para darle el último adiós. Se dejó ver ahí una amistad de la que había presumido públicamente Rainiero años atrás.
El problema llegó en 2005. Madrid se jugaba organizar los Juegos Olímpicos de 2012. Alberto de Mónaco, miembro del COI, preguntó a la delegación española por la seguridad en Madrid después de que la extinta banda terrorista ETA hubiera hecho estallar un artefacto en el estadio de la Peineta, posteriormente rebautizado como Wanda Metropolitano. La polémica pregunta jugó en contra de los intereses de España, y finalmente fue Londres la que se llevó los Juegos Olímpicos. España se sintió molesta, y más la Familia Real, que no entendía cómo su pariente monegasco les había puesto en entredicho. Sea como fuere, hubo tensión.
También en 2005 se celebró la entronización del Príncipe Alberto, y ningún Borbón acudió, mientras otras Casas Reales sí mandaron representación. En 2008, Alberto de Mónaco sí pasó por La Zarzuela aprovechando un viaje a España. Quizás se acercaron posturas o ya estaba todo olvidado, pero lo cierto en que en 2011 se celebró la boda de Alberto y Charlene de Mónaco, y una vez más fue la Casa Real Española la gran ausente.
Limando asperezas
Las asperezas empezaron a limarse en 2016. En abril de ese año, el Príncipe de Mónaco presentó la sección española de la fundación que lleva su nombre y que tiene como finalidad proteger el medio ambiente. El Rey Felipe le recibió en La Zarzuela y ambos se mostraron felices de encontrarse. Si la relación fuera mala, no habría tenido la deferencia de invitarle, ya que no se trataba de un viaje institucional del Príncipe de Mónaco.
2019 fue el año definitivo. En junio, el Soberano de La Roca viajó a Madrid para la entrega de premios de su fundación en el Museo Reina Sofía. Felipe VI invitó a La Zarzuela a su homólogo y le mostró toda su cortesía y amabilidad. De hecho, se les vio más cómplices que nunca, al menos en el tiempo que estuvieron en público. Quizás no son íntimos amigos como lo fueron la Reina Victoria Eugenia y Grace Kelly, pero su relación es cordial y adecuada entre dos Jefes de Estado.
Un mes más tarde de esa reunión hubo una sorpresa al haberse celebrado otro encuentro entre un Borbón y un Grimaldi. En este caso no fue el Rey Felipe, sino la Infanta Cristina. El 5 de julio de 2019, Cristina de Borbón se desplazó a Mónaco para inaugurar la exposición en el Grimaldi Forum 'Dalí. Una historia de la pintura'. Lo hizo en calidad de patrona de la Fundación Gala-Salvador Dalí, cargo que ostenta desde 1998.
El gesto definitivo que emocionaría a la Reina Victoria Eugenia de España y a la Princesa Grace de Mónaco se vivió en diciembre de 2019. Con motivo de la celebración de la Cumbre del Clima en Madrid, los Reyes Felipe y Letizia ejercieron como anfitriones y ofrecieron una recepción a los Jefes de Estado y de Gobierno desplazados a España para asistir a la conferencia sobre el Cambio Climático.
Los saludos protocolarios fueron más allá no solo con el Gran Duque de Luxemburgo, sino también con Alberto de Mónaco. El Rey y el Príncipe se dieron un abrazo, y al llegar el momento de saludar a la Reina Letizia, el Soberano monegasco dio dos besos a Doña Letizia. Las sonrisas y la complicidad marcaron este encuentro. Si alguna vez hubo tensión, se ha desvanecido de una vez por todas. No se repetirá la amistad del pasado entre los Borbón y los Grimaldi, pero al menos reina la cordialidad tan necesaria para el buen mantenimiento de las relaciones internacionales.