La recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España se celebra cada mes de enero en el Palacio Real. El Rey es el Jefe del Estado y asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales. Los embajadores se acreditan ante el Monarca, por lo que debe ser él quien presida este acto, en el que por supuesto le acompaña la Reina.
En la recepción celebrada el 31 de enero de 2024, la atención se posó sobre las joyas de la Reina Letizia, y en concreto sobre sus pendientes y y su collar. Se trata de un aderezo que los Reyes Juan Carlos y Sofía regalaron a Doña Letizia en noviembre de 2003 con motivo de su compromiso con Don Felipe, y que se puso completo por primera y única y una vez, aunque en un día muy simbólico: en la cena previa a su boda.
Fue el 21 de mayo de 2004 en el Palacio Real de El Pardo donde se le pudo ver con un vestido gris firmado por Lorenzo Caprile que adornó con este aderezo que se colocó para mostrar agradecimiento a sus suegros. Desde entonces, solo se había vuelto a poner los pendientes en la Pascua Militar de 2020, pero no el collar, que permaneció guardado durante casi dos décadas hasta que lo rescató para esta recepción.
Pero si esta joya llamó la atención, más lo hizo la que estaba llamada a no destacar. Se trató de la pulsera de zafiros y diamantes que escondía el vestido azul estrenado en la Pascua Militar de 2022. Al terminar el besamanos con un saludo al Director General del Español en el Mundo, la Reina Letizia se agachó rápidamente para coger la pulsera, que se le había desprendido y se había caído al suelo.
Fue un gesto gracioso al ver la cara de Doña Letizia, que sonrió al bajar al suelo a por la joya. A su lado permanecía aparentemente impasible el Rey, que no hizo ademán de ayudar a la Reina al no haberse percatado de lo que había pasado.
Sin embargo, al ver a Doña Letizia agacharse sí se dio cuenta de lo que le había ocurrido, y mientras ella se colocaba la pulsera de diamantes y zafiros en la muñeca, Don Felipe se encargó de cerrársela antes de caminar juntos hacia el Salón del Trono, donde se reunieron de nuevo con los diplomáticos y el Rey pronunció su tradicional discurso en este acto.