2020 pasará a la historia como el peor año para la humanidad desde el final de la II Guerra Mundial. La mayor parte de la gente preferirá o bien olvidar los malos momentos vividos o bien quedarse con lo bueno que haya podido tener una época tan complicada debido a la pandemia. Sin embargo, a pesar de todo lo malo, la vida siempre se abre paso, algo que saben bien las parejas y personas que han tenido hijos y que podrán recordar 2020 como el mejor año de sus vidas gracias al nacimiento de sus pequeños.
No ha sido un año de baby boom real, pero sí han nacido unos cuantos royals babies en distintos países a los que se unirán los tres que se esperan para 2021, cuando serán padres la Princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, así como Zara Phillips y Mike Tindall, que harán bisabuelos por partida doble a la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo en el año en el que el Príncipe Felipe llega al siglo de vida. También en 2021 nacerá el tercer hijo de Carlos Felipe y Sofia de Suecia, que será el octavo nieto de los Reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia.
Volviendo a los nacidos en 2020, hay uno que destaca sobre todo los demás. Se trata de Carlos de Luxemburgo, primer hijo de los Grandes Duques Herederos Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo y por tanto futuro heredero. Casados desde el 20 de octubre de 2012 y con la responsabilidad de tener descendencia que asegurara la dinastía, los años iban pasando y los Príncipes Guillermo y Stéphanie no daban la feliz noticia hasta que el 6 de diciembre de 2019 se anunció que esperaban su primer hijo. El niño nació el 10 de mayo de 2020 a las 05:13 horas en el Hospital Gran Duquesa Carlota de Luxemburgo. Pesó 3,190 kg y midió 50 cm. Se anunció que llevaría los nombres de Charles Jean Phillipe Joseph Marie Guillaume, se le dio tratamiento de Alteza Real y dignidad de Príncipe de Luxemburgo.
Los Grandes Duques Enrique y María Teresa de Luxemburgo tuvieron que conocer a su quinto nieto por videollamada debido al obligado distanciamiento por la pandemia. Afortunadamente sí pudieron verle en su bautizo, celebrado el 19 de septiembre de 2020 en la Abadía de Clervaux. Tuvo como padrinos a su tío paterno, el Príncipe Luis de Luxemburgo, y por su tía materna, la Condesa Gaëlle de Lannoy. Posteriormente, y con con solo cuatro meses y 11 días, el Príncipe Carlos asistió a su primer acto oficial al visitar junto a sus padres el árbol que se había plantado en el Parque Fondation Pescatore de Luxemburgo con motivo de su nacimiento.
Unas dos semanas después asistió al segundo para cumplir con una tradición de la Familia Ducal. El Príncipe Guillermo y la Princesa Stéphanie llevaron a su hijo Carlos al jardín de rosas del Castillo de Munsbach para conocer a la rosa bautizada con el nombre de Príncipe Carlos de Luxemburgo.
Carlos de Luxemburgo ha sido un royal muy presente a lo largo de sus primeros meses de vida. Después de asistir a sus primeros actos oficiales, fue el centro de la entrevista que sus padres ofrecieron desde su residencia en Fischbach. Confesaron entonces que eran muy felices a pesar de que dormían mucho menos que antes y que su hijo Carlos es un niño muy bueno y risueño, algo que quedó claro nuevamente cuando apareció en un posado navideño junto a los Grandes Duques Herederos.
Otro príncipe en el reino de Bhutan
Aunque el que está llamado a reinar ha ocupado la mayor parte de la atención, en otra parte del mundo el que lo ha hecho ha sido un royal segundón muy esperado y deseado no solo por sus padres, sino por todo el reino de Bhutan. El 19 de marzo de 2020 vino al mundo el segundo hijo del Rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck y de la Reina Jetsun Pema Wangchuck. El 30 de junio de 2020 se comunicó que el segundo hijo del Monarca recibió los nombres de Jigme Ugyen Wangchuck.
El Príncipe tiene un hermano mayor que está llamado a reinar. Se trata de Jigme Namgyel Wangchuck, nacido el 5 de febrero de 2016 y al que se le conoce como Príncipe Dragón al ser el heredero. Por su parte, su hermano usa el título Dasho, que es como se conoce a los príncipes no herederos de la Familia Real de Bhutan.
Príncipes y princesas sin trono
Esos son los príncipes de un país con monarquía, aunque en 2020 han venido al mundo otros bebés de la realeza. Los más mediáticos han sido el tercer y cuarto nieto de Ernesto de Hannover, jefe de la Casa de Welf. Los mellizos Nicolás y Sofía de Hannover nacieron el 7 de julio de 2020 en Madrid como hijos del Príncipe Christian de Hannover y Alessandra de Osma, que residen de forma permanente en España.
Los mellizos Hannover son hijos de un príncipe real y no heredero, que aunque no haya reino que heredar sí hay otros intereses. Esto es precisamente lo que ha provocado una guerra entre Ernesto de Hannover y su primogénito, Ernesto Augusto, padre a su vez de dos hijos, Elisabeth y Welf Augusto. El Príncipe de Hannover se ha negado a reconocer a su primer nieto varón como futuro heredero, alejando así la posibilidad de reconciliación en una de las dinastías alemanas más importantes de la realeza.
Los que tampoco tienen trono son Geraldine de Albania y Maria Alexandra de Rumanía. La Princesa Geraldine vino al mundo el 22 de octubre de 2020 en el Hospital Reina Geraldine de Tirana, capital de Albania, como hija primogénita de Leka de Albania y Elia Zaharia. Le pusieron ese nombre en honor a su bisabuela, la Reina Geraldine, fallecida ese mismo día pero 18 años antes.
Geraldine es la cuarta generación de royals albaneses después del autoproclamado y después exiliado Rey Zog, su hijo Leka I y su nieto Leka II, padre de la Princesa Geraldine. Albania es oficialmente una república, pero la Familia Real Albanesa tiene un estatus y puede vivir en el país desde 2002.
Rumanía tiene nueva princesa con el nacimiento de Maria Alexandra, que vino al mundo el 7 de noviembre de 2020 en el Hospital Clínico Polizu en Bucarest. Es la primera hija en común de Nicholas Medforth-Mills y Alina Maria Binder y por tanto heredera presunta a los derechos sucesorios de la Corona de Rumanía. Sin embargo, hay un problema.
Maria Alexandra no es la hija mayor de Nicolás de Rumanía, sino la segunda. El 1 de agosto de 2015, su abuelo, el que fuera Rey Miguel de Rumanía, tomó la decisión de retirarle el título de Príncipe de Rumanía y el tratamiento de Alteza Real, así como su posición en la línea de sucesión, en la que se encontraba en tercer lugar por detrás de su tía Margarita de Rumanía y de su madre, la Princesa Elena. El motivo se conoció después, cuando se supo que había tenido una hija ilegítima que se negó a reconocer. La niña nació el 9 de febrero de 2016 y finalmente fue reconocida cuando las pruebas de paternidad fueron concluyentes. Este hecho hace que salvo que se le vuelva a otorgar lo que tuvo, no será Custodio de la Corona Rumana algún día. De momento, sigue considerándose Príncipe de Rumanía y lucha para recuperar lo que considera que le corresponde.