Si primero fue Victoria Federica la que puso fin a su confinamiento en el cortijo El Derramadero de Villacarrillo, localidad jienense cercana a la Sierra de Cazorla, unos días más tarde se ha producido el regreso de su hermano Froilán. El nieto mayor del Rey Juan Carlos fue visto llegando a casa de la Infanta Elena en Madrid, donde solía tener su residencia habitual antes de su marcha a Londres para realizar unas prácticas.
Felipe de Marichalar apareció luciendo su característico estilo de vestir clásico, aunque eso sí, presumió de nuevo look. El aristócrata hizo lo mismo que otros muchos jóvenes de su edad y a falta de peluquerías abiertas se rapó la cabeza durante el confinamiento. Es por eso que lleva el pelo más corto de lo que suele ser habitual y lo cierto es que no le queda nada mal.
Lo que no cambió es su gesto serio. Froilán se dio cuenta de la presencia de fotógrafos en las inmediaciones de la casa de la Duquesa de Lugo. No le sentó muy bien y por eso su cara reflejaba cierto malestar durante el tiempo que pasó en la calle hasta que por fin entró en el domicilio. Después de tantas semanas confinado y alejado de la prensa, volver y encontrarse la misma o incluso más atención mediática no le ha sentado bien.
De Londres a Marbella
El hijo mayor de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar se encontraba en Londres cuando se decretó el estado de alarma en España. Para no tener que quedarse pasando la cuarentena en Reino Unido, el aristócrata regresó de vuelta a España y optó por marcharse a Marbella.
Allí pasó semanas junto a Andrés Parladé en el Alcuzcuz Boutique Hotel propiedad de la familia de su amigo. En este recinto que fue residencia del interiorista Jaime Parladé fue donde Froilán pasó la cuarentena y casi toda la desescalada. Sin embargo, no ha querido esperar a la llamada nueva normalidad y regresó a Madrid. Como tiene fijada su residencia habitual en la capital de España no habría ningún problema para que regresara a su casa, como ha terminado haciendo antes del final del estado de alarma.