Y gracias a ese gesto se pudo ver al Rey Juan Carlos feliz, lleno de alegría y de energía y acompañada de varios de sus familiares más cercanos. Allí estuvieron sus hijas, las Infantas Elena y Cristina, y cuatro de sus nietos, Froilán, Victoria Federica, Pablo e Irene Urdangarin. El jugador de balonmano acudió con su novia, Johanna Zott.
Quien sí acudió fue un primo y amigo del Rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans-Borbón, descendiente de la Infanta Eulalia y encargado de costear los vuelos privados del Rey Juan Carlos a través de la Fundación Zagatka. Orleans-Borbón negó haber sido el testaferro del Rey Emérito, aunque reconoció su ayuda. Los años han pasado y la relación ha seguido siendo estrecha, lo que demuestra su presencia en la fiesta.
La Familia del Rey Juan Carlos mostró además el cariño que sienten los unos por los otros en los posados, donde más que royals, parecían celebrities, o una mezcla de ambos, como ocurre con Pablo y Marie de Chantal de Grecia y sus hijos. Se podía ver al Rey Juan Carlos flanqueado por sus hijas. La Infanta Cristina le coge del brazo, mientras que la Infanta Elena toma la mano de su padre. Por su parte, Pablo Urdangarin, siempre cariñoso, pasa su brazo por la cintura de su hermana Irene Urdangarin.
Una tarta con doble sorpresa
Fue una noche de baile, de mucho flamenco, con Los del Río poniendo a bailar a todo el mundo. Había un gran árbol de Navidad y una bandera de España para recibir a los invitados, a la que se pidió que fueran sin código de vestimenta, lo que favoreció un ambiente más relajado y looks elegantes, pero informales.
Hubo discursos a cargo de Eduardo Anitua, odontólogo y amigo del Rey Juan Carlos, y de la Infanta Elena, que repasó la vida de su padre. Y por supuesto hubo tarta, con cobertura de fondant con el escudo del Rey Juan Carlos y donde había además una sorpresa, por si lo del escudo no había sido bastante, al aparecer una fotografía del Rey Emérito a bordo del Bribón, el barco en el que compite el Rey Juan Carlos y donde tan feliz es. Sonó el cumpleaños feliz, el homenajeado sopló las velas y corto el pastel con un sable y comenzaron los bailes, que se prolongaron hasta las 02:00 horas de la madrugada.