Al llegar a la Plaza de Lima se escucharon aplausos y vivas al Rey, bastante habituales en la Fiesta Nacional. También escucharon los tristemente tradicionales insultos al Presidente del Gobierno, muy típicos cuando quien ostenta la jefatura del Gobierno no es de derechas. Sánchez optó por llegar más tarde para que no se anunciara su presencia por megafonía y evitar así más abucheos y descalificaciones, saltándose el protocolo y haciendo esperar a Felipe VI, que debe ser recibido por el Presidente del Gobierno. Esa espera de Sánchez a la Familia Real evitó algunos insultos, pero no se libró de todos ellos como quizás pretendía, porque esos ciudadanos cabreados con el Jefe del Ejecutivo esperaron pacientemente a verle para gritarle. Si a Don Felipe le molestó la espera, no lo mostró, como bien debe hacer un Rey. De hecho, se pudo ver a ambos muy cómplices juntos.
La Familia Real y las autoridades tomaron posición en el lugar indicado para escuchar el Himno Nacional al tiempo que sonaban los cañonazos lanzados para la ocasión. Felipe VI pasó revista a las tropas mientras la Reina y la Infanta Sofía se quedaron detrás compartiendo impresiones. Los tres, acompañados por el Presidente del Gobierno, saludaron a miembros del Ejecutivo, estando ausentes Nadia Calviño, Teresa Ribera, Ione Belarra y Joan Subirats, así como a los Presidentes del Congreso y del Senado y a los presidentes autonómicos.
Fue entonces cuando se vio cómo Doña Letizia, por los motivos que fuera y sin que quiera decir que tenga más afinidad con unos o con otros, porque ella es la Reina de todos y todas, se paró más con Diana Morant, Ministra de Ciencia e Innovación, así como con la Presidenta de La Rioja, Concepción Andreu, y con el Presidente de Asturias, Adrián Barbón, con el que en dos semanas se volverá a ver con motivo de los Premios Princesa de Asturias 2022.
Después, los tres tomaron posición en la tribunal real, donde no muy lejos se colocó Pedro Sánchez. Al no encontrarse la heredera, su hermana Sofía se colocó en su lugar, es decir, a la derecha del Rey, lo que sirvió para que compartieran confidencias y gestos de complicidad. No faltó el salto en paracaídas de Óscar García, que logró un aterrizaje perfecto delante de la tribuna real con la bandera de más de 50 metros cuadrados y con unos 15 kilos de peso. El saltador logró solventar además un problema cuando se le enrolló la enseña nacional en la pierna, algo que arregló durante el salto. Felipe VI tuvo un gesto con García ya en el suelo, al que en señal de respeto realizó el saludo militar.
Una vez izada la Bandera Nacional, no la que cayó del cielo, sino otra ya preparada, se realizó el Homenaje a los que dieron su vida por España. La Patrulla Águila pintó sobre el cielo de Madrid los colores de la rojigualda en un desfile militar que incluyó una parte área y otras terrestre de Unidades de los Ejércitos, la Armada, la Guardia Civil, Unidad Militar de Emergencias, Guardia Real, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y diversos Organismos de Seguridad, Protección Civil y Emergencias. Tras el desfile aéreo y el terrestre motorizado, hacia las 11:55 horas comenzó el desfile a pie.
La Infanta Sofía, cómoda en el desfile y ausente en la recepción
La Infanta Sofía se mostró cómoda, dejando claro que ya no necesita tener siempre al lado a la Princesa Leonor para estar más suelta en este tipo de actos. Si bien es lógico que eche de menos a su hermana, sabe bien lo que tiene que hacer, dónde está y cada vez tiene menos preguntas, como ocurría en ediciones anteriores, porque está más informada y tiene ya experiencia. Además, la Fiesta Nacional 2022 podría ser la última con su presencia en una temporada si sigue los pasos de la Princesa Leonor y estudia fuera de España el Bachiller.
Finalizado el desfile militar, la Familia Real se despidió y se marchó de la Plaza de Lima en coche lentamente para poder saludar. Los Reyes Felipe y Letizia viajaron al Palacio Real, donde ofrecieron la tradicional recepción por la Fiesta Nacional que en 2022 ha contado con 2.500 invitados. Por su parte, la Infanta Sofía regresó de vuelta a La Zarzuela al considerarse que todavía no tiene edad para participar en este acto.