El matrimonio de Alberto y Charlene de Mónaco está alejado de esas grandes historias de amor que han protagonizado otros miembros de la realeza. Ahí están Victoria y Daniel de Suecia o Carlos Felipe y Sofia de Suecia, que tuvieron que luchar para poder casarse, o incluso los Duques de Windsor, que por mala que tengan, no pudo haber mayor muestra de amor que renunciar al trono para poder estar juntos.
Mientras tanto, Alberto y Charlene de Mónaco han sido acusados prácticamente de ser un matrimonio de conveniencia. Se habló de que la exnadadora habría intentado escaparse del pequeño principado antes de la boda y de la existencia de un contrato matrimonial que obligaba a la Princesa Charlene a dar descendencia al Príncipe Alberto y a permanecer casada durante cinco años.
A pesar de todo lo que se ha dicho, los años pasan y la pareja sigue casada y es feliz con sus dos hijos, el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella, herederos legítimos nacidos en 2014 y que aseguran la sucesión. Eso sí, hay un nubarrón sobre el cielo de los Grimaldi en forma de demanda de paternidad que no ayuda. El Príncipe Alberto irá a juicio para demostrar que no es el padre de una tercera hija extramatrimonial. Una brasileña asegura que en 2005 tuvo una hija con Alberto de Mónaco, y que al contárselo, no volvió a saber de él. Pasados los años ha reclamado la paternidad al Jefe del Estado, que ha preferido ir a juicio antes que llegar a un acuerdo.
Ante este escándalo familiar, Charlene de Mónaco ha cerrado filas en torno a su familia y ha mostrado que apoya totalmente al Príncipe de Mónaco, que por cierto además de ser padre del Marqués de Baux y de la Condesa de Carladès, tiene dos hijos ilegítimos que terminó reconociendo. Tuvo a Jazmin Grace en 1993 y a Alexandre en 2003. Al menos con la mayor tiene una relación muy cordial y cercana. La Princesa Charlene no parece creer que el Príncipe Alberto tenga otro hijo, algo que de ser cierto no afectaría a la sucesión al haber sido concebido fuera del matrimonio pero que sí podría dañar a la Princesa de Mónaco, que por aquel entonces ya estaba cerca del Príncipe Alberto, si bien es cierto que la relación no se hizo más oficial hasta 2006.
Ese apoyo ha venido a través de Instagram, donde Charlene de Mónaco ha mostrado un collage con varias imágenes en las que se vio cómo disfrutaron de una fiesta temática del oeste. Hay una foto de la pareja, otra del Príncipe Heredero y otra de la Princesa Gabriella junto a Kaia Rose Wittstock, hija de Gareth Wittstock, el onmipresente hermano de Charlene de Mónaco. Para completar ese respaldo, ha colocado como mensaje corazones de color rojo y blanco, los colores de la bandera de Mónaco. Para Alberto de Mónaco, este apoyo de su consorte es muy necesario y le da las fuerzas que necesita para encarar este proceso judicial que no le resulta agradable.