Quien hoy es el Rey de España nació hace 47 años. Un 30 de enero de 1968 nacía en la clínica Nuestra Señora de Loreto de Madrid Felipe de Borbón y Grecia, tercer hijo de los que entonces eran el Príncipe Juan Carlos y la Princesa Sofía. Ha pasado medio siglo menos tres años, y ahora, ese niño que nació Infante de España, celebra su primer cumpleaños como Jefe del Estado siete meses y medio después de que su padre abdicara la Corona en su favor. El contexto histórico, político y social es muy diferente en 2015 que en aquel invierno de 1968.
El Infante Felipe se convirtió así en una pieza clave para la continuidad de la dinastía, ya que era el esperado heredero varón que buscaban los Príncipes Juan Carlos y Sofía, que habían tenido ya a la Infanta Elena en 1963 y a la Infanta Cristina en 1965. Su bautizo, celebrado el 8 de febrero de 1968 en el Palacio de La Zarzuela, provocó el regreso de la Reina Victoria Eugenia, elegida como madrina de su bisnieto, que permanecía en el exilio desde la proclamación de la II República en 1931. La abuela de Don Juan Carlos se reunió con el dictador Franco y le apremió a que eligiera sucesor a título de Rey comentándole que ahora tenía tres opciones: Don Juan, Don Juan Carlos y el recién nacido Don Felipe.
En 1977, Don Felipe fue proclamado oficialmente Príncipe de Asturias, y después fue homenajeado en Covadonga, un acto simbólico con el pueblo asturiano, con el que el hijo de Don Juan Carlos ha estado muy unido durante toda su vida. El 30 de enero de 1986, al cumplir 18 años y asumir funciones oficiales como Príncipe de Asturias, "juró ante las Cortes Generales fidelidad al Rey, desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las Leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, asumiendo la plenitud de su papel institucional como sucesor a la Corona".
En el plano sentimental, Don Felipe tuvo varias novias hasta que conoció a su mujer y madre de sus hijas. Entre 1989 y 1993 mantuvo una relación con la aristócrata Isabel Sartorius, con la que hoy día mantiene una excelente relación. En Estados Unidos salió con una joven llamada Gigi Howard, con la que estuvo unos meses. Pero la modelo noruega Eva Sannum la que robó el corazón del Heredero de la Corona. Estuvieron juntos entre 1997 y 2001, y pese a que pretendía casarse con ella, finalmente premió el sentido de Estado, y el Príncipe rompió la relación.
Todo cambió el 1 de noviembre de 2003. Ese dia, Casa Real anunció el compromiso entre el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz, una presentadora de televisión plebeya, divorciada y fuera de los círculos reales. El 6 de noviembre tuvo lugar la pedida de mano y seis meses más tarde llegó la boda que les unió en sagrado matrimonio. El Príncipe por fin se había casado.
El 31 de octubre de 2005, en una lluviosa tarde que recordó (a su boda pasada por agua), la Princesa Letizia dio a luz a una niña que recibió el nombre de Leonor, tratamiento de Alteza Real y dignidad de Infanta de España.
Año y medio después, el 29 de abril de 2007, nació la segunda hija de los Príncipes de Asturias, a quien le pusieron Sofía en honor a la Reina, su abuela paterna. La alegría por el natalicio sirvió para que Doña Letizia aplacara su tristeza por la muerte de su hermana Érika. Este fue uno de los momentos más difíciles de la pareja, y Don Felipe supo estar a la altura de las circunstancias. Después llegaron las crisis matrimoniales que terminaron solucionando por su bien y el de la Corona, que difícilmente hubiera podido resistir el divorcio de los que entonces eran futuros Reyes de España.
Desde 2007, el papel de Doña Letizia dejó de ser el de mera acompañante y obtuvo su propia agenda. Por su parte, la del Príncipe de Asturias no paraba de aumentar, e incluso representó a España en todas las tomas de posesiones de los presidentes de América Latina. Su mayor responsabilidad coincidió con la debilidad del Rey Juan Carlos, cuya salud le hizo pasar por el quirófano en no pocas ocasiones en los últimos años de reinado, sin embargo, el entonces Monarca se resistía a abdicar incluso en los peores momentos del Caso Nóos, de su salud, del escándalo de la cacería de Botsuana y de la aparición del nombre de Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Así, mientras la imagen de su padre descendía, la de Don Felipe ascendía a base de trabajo, esfuerzo, tesón y sobre todo, de ejemplaridad.
2014 fue sin duda un año trascendental en su vida. En mayo celebró su décimo aniversario de boda junto a Doña Letizia, con la que se fue a pasar el día a Toledo. Según ellos, esta década repleta de acontecimientos importantes, de momentos compartidos tristes y alegres, se les ha pasado rápido.
Lo mejor estaba por llegar, y no quedaban muchos días. El 2 de junio, el Rey Juan Carlos anunciaba su abdicación en favor de su hijo Felipe, que fue proclamado constitucionalmente el 19 de junio de 2014 en un día histórico para España, para la Casa Real, y por supuesto para Don Felipe, que se enfrentaba a la jornada más importante de su vida. En su discurso, el primero como Monarca y probablemente el que será el más importante de su vida, apeló a una "Monarquía renovada para un tiempo nuevo". De aquel día han pasado 7 meses, y muchas cosas han empezado a cambiar.