El 4 de diciembre de 1999, el entonces Príncipe Felipe de Bélgica se casaba con Matilde d'Udekem Acoz en una bonita boda celebrada en la catedral de Bruselas. Con motivo de su 20 aniversario y con la intención de celebrarlo, los Reyes han querido abrir los salones del castillo de Laeken, lugar donde residen, a la televisión belga RTBF para conceder una entrevista en la que hablar sobre su noviazgo y su vida como matrimonio.
Felipe y Matilde de Bélgica en el 75 cumpleaños de Margarita de DinamarcaEsta conversación será la primera en la que los Reyes hablan sobre su vida personal, y los medios de comunicación del país lo achacan a una modernización de la política y su forma de comunicar. Antes de la emisión se han podido conocer algunos extractos del espacio en los que se puede apreciar a los Reyes hablando sobre el día de su boda y del compromiso.
"No sabía dónde meterme"
El Rey Felipe recordó el ambiente de los primeros días después de que se conociese su compromiso: " Cuando se anunció nuestra relación decidimos escondernos. La prensa nos buscaba por todas partes, pero no queríamos aparecer en público hasta el día de la pedida de mano. Fueron días de gran nerviosismo", recuerda el Rey. Eso sí, no dudaba en agradecer a las personas por el cariño que les transmitieron esos días. Por su parte, Matilde d'Udekem d'Acoz rememoraba una anécdota de esos tiempos, justo antes de dejar atrás su total anonimato. Al parecer, la Reina se encontraba en una librería cuando en la radio salió la noticia del compromiso :"No sabía dónde meterme".
Felipe y Matilde de Bélgica en un concierto con motivo del Día Nacional de Bélgica 2014La Reina contaba también la manera en la que vivió el día de la pedida, celebrada el 13 de septiembre de 1999: " Nunca olvidaré el momento en el que las puertas del castillo se abrieron. Mi marido me dijo: "¡Venga! ¡Vamos a ello!" Estaba enfrentándome a una nueva vida que no conocía en absoluto".
Respecto al día del enlace, ambos coincidían: " Fue un día extraordinario. Estábamos en una nube. El tiempo era agradable y todo era genial", admitía el Rey de Bélgica. El entusiasmo era enorme, y los Reyes admitían el buen recibimiento que tuvo Matilde de los Belgas.
