Cada Familia Real tiene sus propios códigos y reglas, algunas más restrictivas que otras. En el caso de los Windsor, las personas que pertenecen a la Casa Real van desde la Reina y el Duque de Edimburgo hasta sus hijos, hijos políticos, nietos (salvo la descendencia de la Princesa Real), así como algunos de los primos de la Monarca. Por eso, cada vez que salen al balcón de Buckingham Palace, apenas hay un hueco libre. Todo apunta a que cambiará cuando el Príncipe Carlos suba al Trono, ya que pretende restringir la pertenencia a la Familia Real Británica.
El divorcio de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar echó al aristócrata de este selecto club, que seguía siendo numeroso. Ni el Caso Nóos pudo echar a Iñaki Urdangarín del organigrama real, ya que su pertenencia estaba fijada por Ley, aunque sí se le apartó de los actos oficiales, para después borrar su perfil en la web de Casa Real. Tuvo que ser el relevo en la Jefatura del Estado lo que posibilitó que las Infantas Elena y Cristina y sus respectivas proles salieran de la Familia Real, ya que con la llegada de Felipe VI al Trono, solo él, la Reina Letizia, la Princesa de Asturias, la Infanta Sofía y los reyes eméritos tenían derecho a ser miembros de la Casa Real.
Una Familia Real de 11 en Suecia
En el otro extremo se encuentra Suecia, que ha dado la bienvenida a dos nuevos miembros a su Familia Real. Por un lado Sofia Hellqvist, que se ha convertido en Princesa tras casarse con el Príncipe Carlos Felipe de Suecia, hijo mediano de los Reyes, y por otro, el Príncipe Nicolás, segundo hijo de la Princesa Magdalena y Chris O'Neill, que nació el lunes 15 de junio.
La Corte Sueca no tiene problemas en repartir títulos de príncipe o princesa en la actualidad, olvidándose de leyes sálicas que sí afectaban a las princesas del pasado. Los tres hijos de los Reyes tienen tratamiento de Alteza Real, dignidad de Príncipes de Suecia más un Ducado. Además de eso, al casarse extienden sus títulos y dignidades a sus consortes siempre y cuando dejen sus trabajos privados para incorporarse plenamente al servicio a la Corona. En el caso del Príncipe Daniel, era esperado y esperable, ya que compartirá la responsabilidad de reinar con la Princesa Victoria cuando ella sea Reina. Menos esperado sería en el caso de las parejas de Carlos Felipe y Magdalena, cuyas esperanzas de reinar son pequeñas.
En el caso de Chris O'Neill, renunció voluntariamente a ser Príncipe de Suecia más el resto de honores que le corresponderían, ya que su trabajo como financiero le compensa más que ejercer de consorte real, pero si hubiera querido, sería tan príncipe como los demás. Además, sus dos hijos, Leonor y Nicolás, han recibido los mismos títulos y tratamientos que la Princesa Estela, que es hija de la pareja heredera y algún día será Reina de Suecia, mientras que se desconoce el camino que tomarán los hermanos Bernadotte-O'Neill. En cuanto a Sofia Hellqvist, tres cuartos de lo mismo, aunque en su caso dejó su trabajo para servir plenamente al Rey, así que tras dar el 'sí, quiero' a Carlos Felipe, se convirtió en Su Alteza Real la Princesa Sofia de Suecia, Duquesa de Värmland. Sin duda, en Suecia no les duele entregar títulos y ampliar la Familia Real. En España, ni ocurre ni ocurrirá jamás.