El retiro público del Príncipe Felipe de Edimburgo está cada vez más cerca. A sus 96 años, el marido de la Reina Isabel de Inglaterra se apartará de los actos públicos en agosto de este mismo año, pero mientras tanto el Duque de Edimburgo intenta continuar con la agenda oficial con normalidad. Sin embargo, la salud le está jugando alguna que otra mala pasada, y esta misma semana se ha visto obligado a ausentarse de un acto en Windsor.
En efecto, el Príncipe Felipe había confirmado su presencia esta semana en un evento celebrado en el Castillo de Windsor, al que acudiría también su hijo el Príncipe Andrés. Sin embargo, según informa el Daily Mail, el Duque de Edimburgo no pudo acudir por motivos de salud, ya que no se encontraba bien. A pesar de la sorpresa y preocupación inicial, el mismo medio ya adelantó que no había por qué preocuparse, ya que no se trataba de nada grave.
Además, el silencio por parte del Palacio de Buckingham ha sido interpretado como signo de ausencia de alarma. En el citado evento, el Príncipe Felipe iba a ceder a su hijo el Duque de York el testigo como Coronel de la Guardia de Granaderos. Debido a su ausencia, fue la misma Reina Isabel la encargada de entregarle el honor al Príncipe Andrés, y juntos posaron tras el acto en unas fotografías en St. George's Hall.
Salud delicada
Aunque su situación no reviste gravedad, lo cierto es que los problemas de salud del Duque de Edimburgo en los últimos meses han sido intermitentes. En junio de 2017 tuvo que ser ingresado, y desde que se anunciara su retiro en mayo su presencia en eventos públicos ha sido más bien escasa. Tras más de 70 años dedicados a la Corona, es perfectamente comprensible que la actividad del Príncipe Felipe se vaya frenando poco a poco. Se le espera ver, eso sí, en la boda de su nieto el Príncipe Enrique y Meghan Markle, el próximo 19 de mayo.