Tras disfrutar de unos días en familia en Vitoria, el marido de la Infanta Cristina ya ha vuelto a la rutina en la prisión de Brieva.
Iñaki Urdangarin ha vuelto a la rutina después de unos días de relax con su familia. El marido de la Infanta Cristina ha tenido el placer de disfrutar de su segundo permiso penitenciario desde que ingresó en la cárcel de Brieva en Ávila. De nuevo, y como ya es habitual, ha sido visto acudiendo a su voluntariado en Madrid, y ha mostrado una sonrisa irradiando felicidad a pesar de las circunstancias.
Como ocurrió en su primer permiso -que tuvo lugar en la Navidad de 2019-, hizo las maletas para viajar a Vitoria y disfrutar de unos días con sus hijos y su mujer. No solo estuvo con ellos, sino que allí se reencontró con su madre y sus hermanos, quienes en todo momento le han mostrado su apoyo incondicional acudiendo en varias ocasiones a verle en prisión. Y además, teniendo en cuenta que no fue muy visto durante su permiso, estuvo mucho tiempo en su casa, aunque también tuvo tiempo para disfrutar de otros planes, por eso fue visto saliendo a comer a un restaurante de su ciudad. Fue el 20 de febrero cuando cogió el coche y se fue desde Vitoria a Ávila para volver a la cárcel, pero fue acompañado de su mujer.
Parece que poco tiempo le ha hecho falta después de unos días de relax para volver a sus obligaciones y por eso acudió al Hogar Don Orione, un sitio de calma en el que disfruta durante varias horas a la semana ayudando a otras personas que lo necesitan. Tras terminar la jornada ha regresado hasta la cárcel, pero esta vez con muy buen sabor de boca por sus días lejos del sitio que más tristezas le ha dado. Le han denegado el tercer grado
No hace mucho el abogado de la familia ha solicitado el tercer grado para Iñaki Urdangarin por el fin de que solo tenga que volver a dormir a la cárcel cada día de lo que le queda de condena por cumplir. Y aunque esta petición no fue aceptada, parece que el abogado no ha tenido impedimento en recurrir en busca de que el marido de la Infanta Cristina pueda beneficiarse de más horas junto a los suyos. Por lo pronto, sus rutinas seguirán siendo las mismas y continuará con sus labores de voluntariado hasta que llegue el momento de conseguir el tercer grado y de salir de manera definitiva de la cárcel.