Lo de Mako de Japón y Kei Komuro fue un amor contra viento y marea. Como si de un romance royal de hasta el siglo XX se tratara, la sobrina del Emperador Naruhito tuvo que mantenerse alejada del amor de su vida debido a una deuda contraída por la madre de él con la entonces pareja de esta para financiar los estudios de Kei Komuro. Aquel asunto supuso un gran escándalo en Japón y >la boda se pospuso durante 3 años en los que estuvieran lejos el uno del otro.
El 26 de octubre de 2021 lograron casarse, no sin antes ella haber tenido que renunciar a una boda como las habitual para los miembros de la Familia Imperial Japonesa y sobre todo haber dicho adiós a su dignidad de Princesa de Japón, a la dote que le correspondería, a su país y a todo lo que había conocido hasta ese momento. Sin embargo, nada de eso le importó porque lo que quería, lo que ambos querían, era pasar el resto de su vida juntos.
Una vida más tranquila
Y lo lograron. Se instalaron en Nueva York y mientras ella se incorporó como voluntaria en una colección de arte asiático en el MET, una forma de meter la cabeza en el mundo del arte en Estados Unidos, él siguió luchando para aprobar el examen del colegio de abogados del Estado de Nueva York.
Tras dos desmoralizantes suspensos, por fin llegó el aprobado. El yerno de Fumihito de Japón, Príncipe Heredero del trono del crisantemo, hizo suyo ese dicho de que a la tercera va la vencida. En julio de 2022 se presentó al examen y lo ha aprobado. Además de mostrarse en la web del colegio de abogados del Estado de Nueva York, NHK lo confirmó a través del abogado Okuno Yoshihiko, al que Kei Komuro le comunicó telefónicamente que había aprobado.
Así, Kei Komuro, graduado en Derecho por la Universidad de Fordham, puede dejar de ser asistente legal en el bufete de Nueva Jersey en el que prestaba sus servicios y ejercer por fin como abogado, lo que sin duda ha aclarado el presente y futuro para un matrimonio que nunca lo ha tenido fácil. Y aunque Mako ya no forma parte de la Familia Imperial, un funcionario de la Casa Imperial señaló al periódico Mainichi que se alegraban por esta buena noticia, al tiempo que aseguraba que resultaba tranquilizador ver que los cimientos del futuro de la pareja por fin estaban bien encaminados.