Lo cierto es que han hecho su aparición a las puertas de la residencia que los Reyes utilizan en verano, el Palacio de Grasten, y es que es allí precisamente donde todos los años se celebra un desfile de caballos organizado por la Asociación de Ringrider de Grasten durante el tercer fin de semana de julio, según ha explicado el comunicado emitido por la Casa Real. Una celebración a la que tradicionalmente acuden los miembros de la realeza danesa y que da lugar a numerosos eventos que se extienden durante días.
A las puertas del Palacio, un gran número de personas se congregaron para acompañar a la Familia Real así como para ver pasear a los caballos, a cuyos lomos iban niños con edades similares a los hijos de Federico y Mary de Dinamarca. Precisamente con ellos se vivieron algunas de las anécdotas más divertidas como cuando la Princesa Josefina recibió una caja de caramelos por parte de uno de los jinetes del desfile o cuando la Princesa Isabel acudió a hacer una ofrenda floral.
Felices y sonrientes
Vestidos con unos looks muy veraniegos, la familia disfrutó del tradicional evento mostrándose muy cercanos con la gente. Y es que, mientras que la mujer del Príncipe Federico abrazó y estuvo hablando con una de las niñas que participó como jinete durante el desfile, el Príncipe heredero se lo pasó en grande junto a su hijo pequeño Vicente de Dinamarca.