Con motivo de tan trágico aniversario, la Emperatriz Farah Diba (viuda del Sah Mohamed Reza Pahlavi) ha decidido conceder una entrevista a la revista francesa Point de Vue en la que, con dolor, recuerda los dolorosos momentos que siguieron al 16 de enero de 1979: el día en el que junto a su familia tuvo que abandonar Irán. Una jornada de la que la Emperatriz recuerda el viaje en helicóptero (pilotado por su propio marido), las lágrimas de sus seguidores y los incesantes flashes de los fotógrafos que captaron el momento en el que la Familia Imperial se iba del país para no volver: "En ese momento me di cuenta de que dejaba todo, mi familia, mi casa y mi país".
Sin embargo, lo peor estaba todavía por llegar. Los países antaño aliados se habían vuelto ahora en su contra y prácticamente nadie se dignó a darles refugio. El único que se atrevió en primer lugar a hacerlo fue el Egipto de Anwar Al-Sadat. Pero de ahí tendrían que partir a Marruecos y a una larga lista de países durante los siguientes meses entre los que se encuentraban Bahamas, México, Estados Unidos, Ecuador y Panamá. "Es en ese momento cuando nos convertimos en verdaderos exiliados vagando de un país a otro", recuerda Farah Diba.
La enfermedad y muerte del Sah en 1980 fue sin duda lo más traumático de ese convulso periplo, pero a pesar de todo su tercera esposa se prometió a sí misma - por su bien, por el bien de la familia y por el bien de los monárquicos iraníes - no perder la compostura y mantener la cabeza bien alta: "Me propuse mantener cierta dignidad ante momentos tan dolorosos".
Los años siguientes estarían marcados por la muerte también de dos de sus hijos: la Princesa Leila en 2001 y el Príncipe Alí Reza en 2011. Sin duda un duro golpe del que cuesta recuperarse, tal y como ella confesaba en sus 'Memorias' (2003): "Nunca te sobrepones a la muerte de un hijo. Yo que soy capaz, según dicen, de ayudar a jóvenes iraníes desarraigados y a una comunidad expulsada de su tierra, no conseguí ayudar a mis propios hijos. Esta impotencia me atormentará mientras viva".
El Sah, siempre en su recuerdo
Actualmente Farah Diba y su familia viven a caballo entre los Estados Unidos y París, desde conde la Emperatriz guarda todavía un gran recuerdo de su malogrado esposo:"Lo recuerdo como un caballero y no os podéis imaginar la manera en la que se comportaba con los niños. No era nada autoritario. Jugaba con ellos todo el rato desde que llegaban del colegio y corrían hacia su despacho o hacia su habitación". Sin duda, los recuerdos son la mejor forma que tiene para mitigar el dolor de su exilio.