Al contrario de lo que ocurre con las bodas reales, que se consideran un acontecimiento de Estado, los bautizos de los hijos y nietos de los Reyes suelen tener un perfil privado y familiar; no es esto lo que ocurre en la Casa Real Sueca, para la que este sacramento es una ceremonia de Estado a la que por tanto acuden centenares de invitados.
Sin representación de la Familia Real Española
De Dinamarca acudieron la Reina Margarita II, el Príncipe Enrique y los Príncipes Federico y Mary; de Bélgica estuvieron los Príncipes Herederos Felipe y Matilde; de Holanda los Príncipes Guillermo y Máxima, mientras que Noruega estuvo representada por el Príncipe Haakon, la Princesa Marta Luisa y Ari Behn.
Por parte de Luxemburgo tomaron asiento el Príncipe Guillermo y la Condesa Stéphanie de Lannoy, cuya asistencia significó el primer acto regio al que acude como prometida del Heredero del Gran Ducado, con quien se casará el próximo 20 de octubre.
Pero la realeza no solo se limitó a sentarse en la bella capilla real, pues el Príncipe Carlos Felipe de Suecia, el Príncipe Haakon de Noruega, el Príncipe Guillermo de Holanda, la Princesa Mary de Dinamarca y Anna Westling Söderström, hermana del príncipe Daniel, fueron nombrados padrinos de la Princesa Estela.
Por su parte, la Princesa Magdalena ejerció de acompañante del Príncipe Federico de Dinamarca y de la Princesa Máxima de Holanda debido a que la Princesa Mary y el Príncipe Guillermo tomaron otro papel en calidad de padrinos de la que algún día será Reina de Suecia.