Un día después de la ceremonia del Nobel de la Paz 2011 que tuvo en lugar en Oslo, Su Majestad el Rey Carlos XVI Gustavo entregó este sábado en Estocolmo los Premios Nobel 2011 de Física, Química, Medicina, Economía y Literatura acompañado de toda la Familia Real Sueca, a excepción de la Princesa Magdalena, que no asistió al acto por encontrarse en Nueva York en otro evento.
La Konserthuset de Estocolmo, la sala de conciertos, fue adornada para la ocasión con flores de San Remo, localidad italiana de San Remo, lugar en el que fallecio Alfred Nobel el 10 de diciembre de 1896. Los colores elegidos para adornar el auditorio fueron el blanco y el amarillo, que ornamentaron a la perfección el evento en el que el Rey estuvo acompañado de la Reina Silvia, de la Princesa Heredera Victoria, y de los Príncipes Daniel y Carlos Felipe.
Emocionado recuerdo para Ralph Steinman
La ceremonia comenzó con un discurso realizado por Marcus Storch, presidente del Consejo de la Fundación Nobel, quien reiteró la necesidad de la ciencia, la creatividad y la educación para solucionar los problemas actuales y futuros a los que se enfrenta la humanidad. Asimismo, recordó al fallecido Ralph Steinman, que en esta edición recibió el Nobel de Medicina a título póstumo.
Tras las palabras de Storch, el Monarca entregó los galardones. Comenzó con el de Física, que recayó en Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adan Riess, para proseguir con el de Química para Dan Shechtman, más tarde distinguió con el Nobel de Medicina a Bruce Beutler, Jules Hoffmann y Ralph Steinman, galardón que recogió en su honor su viuda, Claudia.
Además, el Rey otorgó tan distinguida condecoración a Thomas Sargent y Christopher Sims en Economía y al octogenario Tomas Tranströmer en Literatura. Este último, que está postrado en una silla de ruedas a causa de una apoplejía, levantó una sonada ovación del público asistente.
Una vez finalizada la ceremonia, la Familia Real, los premiados y los 1.570 invitados al evento, entre los que estaban los Grandes Duques Enrique I y María Teresa de Luxemburgo, se trasladaron al Salón Azul del Ayuntamiento para conocer el secreto mejor guardado, el menú del banquete que precede al baile en el Salón Dorado que cerró la gran fiesta de los Premios Nobel.