La Familia Real suele mantener las distancias entre sí en sus apariciones públicas, aunque no siempre. El Rey Felipe VI es más tímido y no muestra tanta cercanía, algo que sí ocurre con la Reina Letizia, que aunque ha sido tachada de fría, en realidad es mucho más tocona, sobre todo si está con gente que conoce y aprecia.
Así, cuando los actos o apariciones incluyen a sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, es más fácil que el protocolo se quede a un lado y la Familia Real se muestre más abierta, simpática y cariñosa que en otras ocasiones. Si en los Premios Princesa de Girona 2022 mostraron que son una familia cariñosa, más lo han hecho en un momento agridulce al tratarse de una despedida.
La despedida de unos padres y una hermana
Hacia el mediodía del jueves 17 de agosto de 2023, los Reyes y sus hijas llegaron a la Academia Militar de Zaragoza, donde todo estaba dispuesto para recibir tanto a la Princesa de Asturias, que comenzaba así su necesaria formación militar como futura Capitana General de los Tres Ejércitos, como al resto de los cadetes que, como la Princesa Leonor, afrontan esta nueva etapa en sus vidas.
Tras el saludo el General Director de la Academia Militar General, Manuel Pérez López, los posados de rigor y cumplir con los protocolos establecidos, llegó el momento más duro: la despedida. Fue entonces cuando se pudo ver a la Familia Real más unida y cariñosa que nunca, lo que recordó en cierta medida a cuando dos años atrás la Princesa Leonor fue despedida por sus padres y su hermana en el aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas cuando se marchaba a Gales para cursar el Bachillerato Internacional.
La Princesa Leonor besó a su padre, Don Felipe, que le dio sus últimos consejos antes de emprender esta aventura que él mismo vivió en 1985, exactamente 38 años antes que la Princesa de Asturias. También se despidió de la Infanta Sofía, su hermana, a la que abrazó y besó y que pronto comienza también su propia aventura con su marcha al UWC Atlantic College de Gales, al que se incorpora pocos días después de esta despedida familiar.
Pero si hubo una despedida emotiva, fue la protagonizada entre madre e hija. Además de haber paseado juntas cogidas de la mano y de agarrarse por la espalda, Doña Letizia y la Princesa Leonor se dieron un cálido abrazo en el que la cara de la Reina reflejaba su felicidad e ilusión por todo lo que tiene que vivir su hija, que ya se ha hecho mayor, aunque con cierta tristeza al volver a tenerla lejos de casa.
Eso sí, la Princesa de Leonor tiene, salvo que realizara maniobras, los fines de semana libres, por lo que sus visitas a La Zarzuela van a poder ser más frecuentes que durante los dos años en lo que residió en el Castillo San Donato de Gales.
Aquella experiencia fue inolvidable, pero ya queda atrás, y a la Princesa Leonor le toca cumplir con su obligación, aunque con muchas ganas e ilusión, y realizar una formación militar completa que le hace pasar por los tres Ejércitos, empezando por el de tierra en la Academia Militar de Zaragoza.