También ha señalado que espera que su hija, la Princesa Aiko, "siga aprendiendo de los demás y pase su último año como adolescente con un espíritu rico". La Princesa Aiko, que debería ser la heredera si no estuviera prohibido que las mujeres reinen en el país del sol naciente, fue precisamente la protagonista de otro posado el 1 de diciembre de 2020 con motivo de su 19 cumpleaños. La hija de los Emperadores se presentó ante los medios con su perro para celebrar su aniversario de vida.
Una boda que no llega y una oportunidad para las princesas
Por un lado, Akishino de Japón ha aprobado el matrimonio de su primogénita con Kei Komuro, un compañero de clase en la Universidad de Gakushuin con el que se prometió en septiembre de 2017: "Apruebo que se casen. La Constitución establece que el matrimonio debe basarse únicamente en el consentimiento mutuo de ambos pretendientes. Si eso es lo que ellos quieren de verdad, creo que como padre debo respetarlo". Pero no todos son alegrías, porque tanto el Heredero como su hija son conscientes de que hay cierta oposición al enlace. El problema es una deuda de unos 30.000 euros que la madre de Kei Komuro contrajo para pagar los estudios de su hijo y que no pudo devolver. Al conocer esta deuda, la Casa Imperial Japonesa optó por paralizar las nupcias hasta que la futura consuegra del Heredero nipón hubiera pagado la deuda a quien corresponde, algo que pasado el tiempo no ha ocurrido. El mayor inconveniente es que quien aportó el dinero es una expareja de la madre de Kei Komuro y hay disparidad de criterios. Una parte señala que es una donación, mientras que la otra habla de un préstamo que debe ser devuelto.
Así, este escándalo ha retrasado la boda, pero no se ha anulado. La Princesa Mako comunicó que el enlace se celebrará, aunque ha evitado dar una fecha. De esta forma gana tiempo para que por un lado se termine el problema con la deuda y por otro su matrimonio no le suponga renunciar a su estatus real. Esa es la otra esperanza de la nieta del Emperador Akihito. Teniendo en cuenta que el futuro de la Casa Imperial pasaría solo por el único varón joven, el Príncipe Hisahito, si sus hermanas y primas se casan con plebeyos y abandonan sus compromisos oficiales todo el peso recaería sobre él. En ese sentido y según la prensa japonesa, el Gobierno trabaja en una medida que supondría ofrecer un cargo honorífico a las princesas reales que se casen con personas sin procedencia real, lo que les permitiría seguir con su trabajo de representación. Posponer su boda le da tiempo para que la medida sea efectiva y así no tener que renunciar a la vida que ha conocido hasta entonces. De todos modos, si sale adelante el proyecto podrían volver los derechos que perdió la Princesa Sayako, hija del Emperador Naruhito, despojada de sus estatus real al contraer matrimonio con Yoshiki Kuroda, por lo que tendría carácter retroactivo.
Todo esto permitiría también a Aiko de Japón no perder su posición como Princesa Imperial, ya que se le ha impedido reinar algún día por ser mujer. Lo que queda pendiente y sería más justo es modificar la ley para que las mujeres puedan ser Emperatrices por sí mismas, algo que podría ocurrir si cuando llegue el momento, el Príncipe Hisahito solo tuviera hijas o no tuviera descendencia.