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La Reina Sofía es una abuela excepcional, siempre preocupada por que sus ocho nietos estén bien y sean felices. Se desvive por ellos, y ejerce siempre que puede, y en algunos casos, siempre que le dejan. Su principal preocupación son sus nietos Urdangarin, los que viven lejos y los que más han sufrido por los problemas con la Justicia de sus padres. Siempre que la han necesito, allí han tenido a Doña Sofía.
La Reina Emérita viaja con regularidad a Ginebra para apoyar en público y en privado a la Infanta Cristina, para dar cariño a sus nietos y arropar a su querido yerno. De hecho, este apoyo ha sido muy criticado en algunos momentos, como cuando en otoño de 2011 viajó a Washington y se dejó fotografiar con su hija y su yerno en un claro ejemplo de que les apoyaba cuando la investigación del Caso Palma Arena ya había afectado de lleno al exjugador de balonmano.
Madre y abuela antes que Reina, ha sorprendido que Doña Sofía no haya estado presente en uno de los días más importantes de su nieto Pablo, que se ha graduado al finalizar sus estudios en el Ecolint de Ginebra. La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin le habían preparado una fiesta en el Hotel Four Seasons de Bergues, situado a poca distancia de su casa de Ginebra, y allí se dieron cita algunos familiares del joven.
Como señala ¡Hola!, Pablo Urdangarin contó con el cariño y la compañía de su madre, la Infanta Cristina, de sus hermanos, Juan, Miguel e Irene, de su abuela paterna, Claire Liebaert, de sus tías, la Infanta Elena y Ana Urdangarin, y de su tía segunda y madrina, Alexia de Grecia. No hubo ni rastro, al menos que se sepa, de la Reina Sofía, que se perdió un acto tan importante para el cuarto de sus ocho nietos. Es posible que tuviera una buena excusa, o que desde Casa Real se le pidiera que al ser miembro de la Familia Real, se abstuviera de acercarse a Suiza al menos por un tiempo. El motivo de su incomparecencia, es por el momento una incógnita.
El Rey Juan Carlos tampoco fue
Menos extraño es que no acudiera el Rey Juan Carlos, mucho más despegado de su familia. El Rey Emérito, que ha pagado y paga los estudios de sus nietos Marichalar y Urdangarin, mantiene una relación más distante con esta rama de su familia, aunque de vez en cuando les visita. Estuvo en la graduación de su nieto Juan, y acudió al 50 cumpleaños de Iñaki Urdangarin, con el que ha tenido sus más y sus menos, pero al que sigue apreciando a nivel personal por mucho que haya protagonizado el escándalo más grave para la Corona.