Uno de esos detalles divertidos fue que a la Reina Isabel II le encantaba cuando algo salía mal porque eso le daba sabor a la vida. No se refiere a que las cosas fueran mal con escándalos, problemas, o percances, que de eso hubo mucho en varios momentos de su reinado, sino con detalles nimios como una tarta que era imposible de cortar o cuando una placa no se desvelaba porque no funcionaba el sistema.
Samantha Cohen trabajó como secretaria de prensa de la Casa Real Británica y posteriormente fue asistente y secretaria privada de Isabel II. En 2018 se convirtió en secretaria privada del Príncipe Harry y Meghan Markle a petición de la Reina para ayudar a los Duques de Sussex. La cosa no salió bien y terminó
La australiana confesó también que sus mejores momentos con la Reina Isabel fueron en dos giras a Australia en 2002 y 2011, que hablaba todos los días, y mucho, con la Monarca, y que durante 10 años tuvo su propia habitación en el Castillo de Windsor. Además, fue invitada una vez en Balmoral.
No fue fácil trabajar para Harry y Meghan
No quiso comentar sobre las acusaciones de bullying de Meghan Markle, de la que se dijo en su momento que no se portó bien con parte del personal, pero The Herald Sun confirmó que Cohen había sido una de las 10 interrogadas.
Lo que sí dijo fue que originalmente la idea era ser la secretaria privada de los Sussex durante medio año, aunque acabó quedándose año y medio: "No pudimos encontrar un reemplazo para mí y cuando lo hicimos, llevamos a esa persona de gira a África con Harry y Meghan para mostrarles cómo funcionaba todo, pero también se fue". En 2019, la propia Samantha Cohen abandonó su trabajo en la Casa Real Británica.