Un testimonio importante
La empleada asegura que habla ahora porque no puede aguantar más, especialmente después de que el equipo legal del Príncipe Andrés asegurase que Virginia Giuffre podría estar teniendo falsos recuerdos sobre sus encuentros con el Duque de York para intentar exculparlo de los supuestos delitos de abusos sexuales cuando Giuffre aún era menor de edad y fue captada por la red de menores de Epstein.
"Tenía muchos clientes de alto perfil y, a menudo, visitaba sus hogares. Pero Andrés era muy diferente. Fue una plaga sexual constante desde el principio. Una vez estaba ajustando la mesa de masaje y escuché a Andrés decirme: 'Buen culo, ¿te gusta que te den?', me di la vuelta y estaba detrás de mí, muy cerca, casi tocándome. Le contesté que eso no era de su incumbencia y que no podía hablarme así".
La masajista asegura que las sesiones eran muy incómodas porque en todo momento tenía que estar pendiente de que la toalla siguiera cubriendo las partes íntimas del Príncipe Andrés, que no paraba de hacer bromas sobre sexo, incluso cuando ella le había pedido en reiteradas ocasiones que parara. Después de aquello, recibió varios cheques y llamadas para que acudiera a prestar sus servicios como masajista semanalmente durante dos meses, momento en que dejó de recibir llamadas del personal del Príncipe Andrés.