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Como si fueran otros tiempos, el Rey Juan Carlos decidió marcharse fuera de España. La presión sobre la Casa Real era enorme para que se tomara una decisión sobre el que fuera Rey de España entre 1975 y 2014. Se daba por hecho que saldría de La Zarzuela, la que ha sido su residencia oficial durante seis décadas, aunque se pensaba que sería más estético un exilio interior en algún lugar de España que no perteneciera a Patrimonio Nacional.
Sin embargo, el comunicado de Casa Real no dejaba lugar a dudas: Juan Carlos de Borbón se marchaba de España. No se añadía ni dónde iría ni si sería un exilio definitivo. Este segundo punto no puede aclararse por el momento, pero sí se conoce dónde se ha instalado, al menos por un tiempo: en República Dominicana.
Arropado por los Fanjul
De acuerdo con ABC y La Vanguardia. El Rey Juan Carlos dejó escrita la carta a Felipe VI para que sirviera de comunicado. Una vez realizado este trámite, el domingo 2 de agosto de 2020 salió de La Zarzuela para poner rumbo a Sanxenxo, localidad pontevedresa en la que ha sido muy feliz en los últimos años de su vida gracias a las regatas y al cariño que le han ofrecido amigos como Pedro Campos, uno de sus aliados.
Tras pasar allí la noche, pasó por Portugal. Recaló en Oporto y no en Estoril, como se especuló en la prensa lusa. Volver a Estoril hubiera sido regresar al exilio de su padre, el Conde de Barcelona, que se instaló allí en los años cuarenta del siglo XX y permaneció hasta bien establecido el reinado de Juan Carlos I. En esta localidad cercana a Lisboa tiene una casa la Infanta Margarita, pero no parecía muy verosímil que se quedara, al menos por mucho tiempo.
Lo cierto es que su viaje a Portugal fue corto e instrumental. Cruzó la frontera y viajó hasta Oporto para tomar un vuelo a República Dominicana, que es donde se ha instalado, al menos por un tiempo. El destino no es casual y estaba entre las quinielas debido a su íntima amistad con los Fanjul, una adinerada familia que le trata como a uno más.
En Casa de Campo, un lujoso complejo residencial en La Romana donde reinan los Fanjul, puede disfrutar de la tranquilidad que tanta falta le hace en unos momentos tan convulsos para Juan Carlos de Borbón, que quizás pensó erróneamente que nunca se conocerían los que el propio Rey Emérito ha calificado como "ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada". Con los Fanjul es bienvenido y puede quedarse el tiempo que necesite. Allí también está localizable y localizado por si es la Justicia la que le necesita.