Reconoce que inicialmente estuvo acomplejada, pero finalmente llegó a sentirse orgullosa de su cicatriz: "Creo que las cicatrices son recuerdos que cuentan una historia sobre tu cuerpo, que te recuerdan lo fuerte que fuiste y que sobreviviste para poder hablar de ello", ha relatado para el diario británico.
Eugenia de York lo tenía todo pensado. Sabía que el momento perfecto para que su cicatriz llamara la atención era el día de su boda. Por eso tenía pensada la forma del vestido para que ayudara a lanzar el mensaje. La nieta de la Reina Isabel II considera que así puede ayudar personas que se sientan mal por tener cicatrices.
Asustada en su adolescencia
En el proceso de asimilación y recuperación que vino después, reconoce que uno de los pilares fundamentales fue su madre. Recuerda el día que volvió al centro donde la operaron y enseñó su cicatriz a una niña que había sido recién intervenida: "Recuerdo haber vuelto al Royal National Orthopaedic Hospital y mostrarle mi cicatriz a una niña a la que acaban de operar. Sus ojos se abrieron de par en par y se le iluminó la cara con una sonrisa cuando vio que yo tenía una cicatriz enorme y que estaba en pie junto a ella, algo que ella en ese momento no podía hacer".