Eugenia de York cuenta la historia de su cicatriz en la espalda: "Te recuerda lo fuerte que fuiste y que sobreviviste"

Eugenia de York fue un ejemplo de superación el día de su boda : decidió mostrar su cicatriz. La hija del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson enseñó la marca que tiene en su espalda tras la operación de escoliosis a la que se enfrentó con 12 años. Ahora ha decidido contar la historia de esta cicatriz en una entrevista para The Telegraph.

Reconoce que inicialmente estuvo acomplejada, pero finalmente llegó a sentirse orgullosa de su cicatriz: "Creo que las cicatrices son recuerdos que cuentan una historia sobre tu cuerpo, que te recuerdan lo fuerte que fuiste y que sobreviviste para poder hablar de ello", ha relatado para el diario británico.

La Princesa Eugenia camina al altar del brazo del Príncipe Andrés

Eugenia de York lo tenía todo pensado. Sabía que el momento perfecto para que su cicatriz llamara la atención era el día de su boda. Por eso tenía pensada la forma del vestido para que ayudara a lanzar el mensaje. La nieta de la Reina Isabel II considera que así puede ayudar personas que se sientan mal por tener cicatrices.

Asustada en su adolescencia

Eugenia de York reconoce que estuvo asustada por lo que iba a sufrir. Lo primero que la preocupó fue el corsé que tuvo que llevar, y trató de esconder a toda costa, y por la posible intervención quirúrgica y sus consecuencias. Otra de las cosas que más le asustaba era esa marca que tendría de por vida y que cambiaría su existencia completamente.

Sarah Ferguson y Eugenia de York en una cena solidaria de la Fundación Novak Djokovic

Pero lo que más le daba miedo, definiéndolo ella misma como el momento más perturbador, fue cuando se percató de todo lo que le venía encima: que no podría ir al colegio, que no sabía si podría volver a hacer deporte y jugar y correr con sus amigos, su hermana y sus primos.

En el proceso de asimilación y recuperación que vino después, reconoce que uno de los pilares fundamentales fue su madre. Recuerda el día que volvió al centro donde la operaron y enseñó su cicatriz a una niña que había sido recién intervenida: "Recuerdo haber vuelto al Royal National Orthopaedic Hospital y mostrarle mi cicatriz a una niña a la que acaban de operar. Sus ojos se abrieron de par en par y se le iluminó la cara con una sonrisa cuando vio que yo tenía una cicatriz enorme y que estaba en pie junto a ella, algo que ella en ese momento no podía hacer".