No todos los días uno celebra su cumpleaños, pero la onomástica es todavía más especial cuando se trata de un número redondo, y más los 40 años. Las Casas Reales Europeas tienen por costumbre tirar la casa por la ventana cuando se trata de los 40 y los 70, así que si en 2016 fueron vastos los fastos por las siete décadas del Rey Carlos XVI Gustavo, los 40 años de la Princesa Victoria tampoco iban a pasar desapercibidos.
Los actos comenzaron este viernes 14 de julio, día en el que se cumplen cuatro décadas desde que la Reina Silvia dio a luz a una heredera para el trono sueco. La capilla del Palacio Real se engalanó para la celebración de un Te Deum a modo de acción de gracias que sirvió como homenaje para Victoria de Suecia.
Todos reunidos por Victoria de Suecia
No se ha invitado a realeza extranjera, pero ha acudido toda la Familia Real Sueca en pleno. Presidiendo, los Reyes Carlos XVI Gustavo y la Reina Silvia, muy emocionados por el gran día de su primogénita. No ha faltado la homenajeada, que se ha desplazado desde el Palacio de Haga hasta el Palacio Real de Estocolmo para el Te Deum, al que ha acudido acompañada del Príncipe Daniel y de sus dos hijos, la Princesa Estela y el Príncipe Oscar.
La Heredera, muy sonriente, ha lucido un vestido blanco con mariposas bordadas, mientras que su hija, la siempre simpática Princesa Estela, llevó un vestidito blanco muy favorecedor. La pequeña Duquesa de Östergötland estuvo tan participativa como de costumbre, aunque en algunos momentos se aburrió. Por su parte, el Príncipe Oscar estuvo muy tranquilo, aunque tan serio como de costumbre.
No han sido muchas las ocasiones en las que se ha dejado ver el Príncipe Alejandro, así que todas las miradas se posaron en él cuando apareció con sus padres, el Príncipe Carlos Felipe y Sofia Hellqvist.
El niño parecía estar un tanto incómodo en brazos del Duque de Värmland, está a punto de convertirse en hermano mayor, ya que en septiembre, la Princesa Sofia dará a luz a su segundo hijo.
Finalmente, los 'desterrados' del clan Bernardotte también hicieron su aparición. La Princesa Magdalena, tan elegante y sonriente como de costumbre, llevaba en brazos a su benjamín, el Príncipe Nicolás, un precioso niño rubio y de ojos azules que estaba precioso vestido de azul y blanco. Su hermana, la Princesa Leonor, se dejó ver en brazos de su padre, Chris O'Neill. Eso sí, en cuanto pudo, la niña prefirió ir sola y dejó ver lo revoltosa que sigue siendo a sus 3 años y medio. Al final, tantos niños eclipsaron a la homenajeada.
Tras el Te Deum, se celebró una recepción en Logården para los invitados a la liturgia, que ofrecieron sus regalos a la Princesa Victoria. Después, la pareja heredera y sus hijos desfilaron en coche de caballos por las calles de Estocolmo. Al día siguiente, los fastos se trasladan a Solliden, lugar de veraneo de la Familia Real Sueca, donde habrá una fiesta en el Palacio de este enclave costero en honor a la que algún día será Reina de Suecia.