El exjugador de balonmano ha pasado sus primeros meses en la cárcel con cierta tranquilidad, aunque tres días después de ingresar en Brieva sucedió algo que pudo haberle alterado.
El 18 de junio de 2018, Iñaki Urdangarin ingresó en la cárcel de Brieva para cumplir su condena de 5 años y 10 meses que le confirmó el Tribunal Supremo. Aunque este centro penitenciario es de mujeres, por su condición de preso especial, se garantizaría su seguridad mejor al estar solo en el módulo de hombres, así que Instituciones Penitenciarias aceptó que se quedara allí. Y empezaron a pasar los días a surgir algunas informaciones sobre lo que hacía dentro o cómo era su rutina, y sobre todo en relación a las visitas que ha ido recibiendo, que han sido numerosas.
Sin embargo, dos meses después se ha conocido que a los tres días de entrar en la cárcel, ocurrió un suceso que dejó en evidencia la seguridad de la cárcel de Brieva, algo que por cierto ha denunciado La Asociación de Guardias Civiles en relación a este centro penitenciario, que necesitaría más personal para funcionar correctamente. Se pasó por un área restringida
Como señala El Español, el 21 de junio de 2018 se coló un periodista que habría intentado acercarse a Urdangarin para tomar fotografías de su estancia en la cárcel. Un hombre se coló por la puerta de acceso en la que entran los vehículos. Esta puerta se controla con un botón que acciona un funcionario de prisiones para abrirla y cerrarla, solo que tarda cierto tiempo en cerrarse, lo que permitió que este individuo se colara.Captado por las cámaras, pero sin poder ser identificado debido a que llevaba un gorro y unas gafas, paseó sin consecuencias por un área restringida, eso sí, lejos de donde se encuentra el exjugador de balonmano. Viendo que no conseguía su objetivo se marchó sin triunfar, pero al menos se libró de ser detenido.