No fue aquella una boda cualquiera. Posteriormente, los embarazos y los nacimientos de sus cuatro hijos se anunciaron por comunicado de Casa Real. Juan, Pablo, Miguel e Irene fueron presentados oficialmente y bautizados con todos los honores que recibe un miembro de la Familia Real. Años de posados y de actos oficiales interrumpidos por el Caso Nóos primero y después, aunque nunca fueran a volver, por la subida al trono de Felipe VI. Ya no eran Familia Real, eran Familia del Rey, con todo lo que eso implica. Antes de que eso ocurriera, se anunció la marcha de la familia a Washington en 2009. Después volvieron a Barcelona en 2012, y en 2013 se hizo público la mudanza de los seis Urdangarin de Borbón a Ginebra.
Una nueva normalidad en Vitoria
En verano de 2021, el primero al que pudo ir a Bidart desde su entrada en prisión, viajó desde Vitoria hasta esta localidad del País Vasco Francés. Allí se dejó ver con la Infanta Cristina y con sus hijos en perfecta armonía familiar en aquel lugar tan importante para los Urdangarin y que se convirtió en el refugio estival de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cuando se les invitó a no volver a Marivent, al menos a él. El 23 de octubre de 2021 se volvió a ver a la pareja, pero no en la boda de Felipe de Grecia y Nina Flohr como se esperaba, sino en Barcelona. Ese día se produjo el debut de Pablo Urdangarin en el Barça de balonmano, en el primer equipo. Se pudo ver a la pareja feliz por ese hijo que ha seguido los pasos del padre. Además, se celebraba el 50 aniversario del Palau y se invitó a uno de los grandes del balonmano, a Iñaki Urdangarin. La ocasión era redonda.
"Estoy bien, remontando, volviendo a mi nueva normalidad", dijo el exjugador de balonmano para Catalunya Radio. ¿En esa nueva normalidad entraba la Infanta Cristina? Se podría pensar que sí, que después de todo lo que han pasado juntos se acercaban a una vida más parecida a la anterior. Esa Navidad estuvieron en Vitoria con los Urdangarin y pasaron unas vacaciones de esquí en Baqueira Beret, donde tantos años habían disfrutando de la nieve. Cierto era que se volvía a esa nueva normalidad, salvo que la normalidad conocida hasta entonces no era tal. Días después de esas vacaciones, todo estalló por los aires cuando Lecturas publicó unas imágenes de Iñaki Urdangarin paseando junto a la playa de la mano de una mujer que no es la Infanta Cristina, que no es su esposa.
Sucedió en enero de 2022 en el País Vasco Francés, el refugio de los Urdangarin. La complicidad entre ambos parecía mostrar que hay algo más que una amistad. Pero si algo llama la atención es que Iñaki Urdangarin haya cometido ciertos errores con esta historia de amor. Para empezar, si tenía otra relación sentimental y ya lo sabía la Infanta Cristina, por lo que no habría infidelidad y el matrimonio ya estaría roto, ¿por qué no comunicaron oficialmente su separación? En un primer momento hubiera habido mucho revuelo, pero no tanto como al no haberse dicho nada y que se haya visto a Urdangarin de la mano con otra. Cierto es que no iba a ser un comunicado al estilo de cuando se separaron la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, que en 2007 formaban parte de la Familia Real. Pero no hace falta formar parte de la Familia Real para enviar comunicados.
Vale, no hubo comunicado de separación o divorcio en ese momento, sino que tardaron 5 días desde la publicación de las imágenes. Eso hizo que el error de Iñaki Urdangarin haya sido mayor, sobre todo si se tratara de una infidelidad. Olvidó quién es y con quién se casó, olvidó que es reconocible, que la prensa sigue sus pasos, que cualquiera puede dar un chivatazo y que además estaba en el País Vasco Francés y no en un lugar alejado y recóndito. Pecó de ingenuo si pensó que podía mostrarse públicamente de la mano con una mujer que no es su esposa y nadie iba a darse cuenta. Olvidó que es Iñaki Urdangarin y que estaba casado con una Infanta de España. Olvidó todo eso, al igual que intentará olvidar que los años en la cárcel fueron los peores de su vida. Y para olvidar le ayuda haber rehecho su vida con un trabajo en Vitoria, apoyando a su hijo Pablo en su carrera deportiva, estando cerca de sus familiares y amigos de siempre, y parece que también le ayuda a olvidar esta mujer con la que paseaba junto al mar sin pensar (o sí, quién sabe), que podrían fotografiarle, y que antes de que anunciara con la Infanta Cristina que su matrimonio terminó, toda España ha visto que efectivamente esta historia de amor que resistió a tanto no ha podido con todo.