El primero en llegar a la iglesia fue el novio acompañado de su madre, Chantal Hochuli, un chute de energía para la reciente viuda que perdió a su marido en mayo cuando éste realizó un viaje a la India.
Alexandra de Hannover, hermana del novio, fue con Ben-Sylvester Stautmann, su chico, y esperaron a la novia dentro de la iglesia. La joven, que muy pronto cumplirá los 18 años, llevaba un vestido rosa muy floral y acompañó a su cuñada hasta el templo.
Tras finalizar la ceremonia, los novios se han dirigido hasta la galería Herrhausen, donde ofrerieron una recepción a sus 400 invitados, quienes tenían que ir vestidos de chaqué o traje oscuro. Más tarde, la fiesta se traslado al castillo de Mariemburg, propiedad de la Casa Hannover.
Ausencias inesperadas
Los grandes ausentes de la celebración fueron Ernesto de Hannover, padre del novio, y Carolina de Mónaco. El distanciamiento entre padre e hijo no es algo nuevo y hace tiempo que tienen una relación más que tensa. Cuatro días antes de la boda, Ernesto de Hannover hacía unas declaraciones al periódico Handelsblatt oponiéndose públicamente al matrimonio y anunciando que emprenderá medidas legales para recuperar los bienes que cedió a su hijo en 2005, entre ellos el castillo donde se celebró la boda: "Me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa de Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la casa desde hace siglos".