Ernst August de Hannover, Príncipe heredero de los Hannover, acaba de pasar por el altar de manera oficial, dándose el 'sí, quiero' con Ekaterina Malysheva. La ceremonia civil tuvo lugar hace unos días de una manera discreta y acompañados por contados invitados, pero en esta, la ceremonia religiosa que se ha celebrado en la iglesia del Mercado de Hannover, h an estado acompañados por muchos invitado s, algunos de ellos de la Familia Real de Mónaco.
El viernes 7 por la tarde habían reunido a familiares y amigos para hacer una divertida fiesta preboda en una conocida cervecería de la ciudad en la que estuvo presente la familia Casiraghi.
El primero en llegar a la iglesia fue el novio acompañado de su madre, Chantal Hochuli, un chute de energía para la reciente viuda que perdió a su marido en mayo cuando éste realizó un viaje a la India.
Por otro lado, otros de los invitados que crearon una gran expectación fueron los Casiraghi, asistiendo Andrea con su mujer Tatiana Santo Domingo con sus dos hijos, Pierre con Beatrice Borromeo, quienes recientemente se han convertido en padres de su primogénito, y Carlota Casiraghi, que fue acompañada por sus hermanos. También el hermano del novio, Christian de Hannover, asistió acompañado de su prometida, Sassha de Osma.
Alexandra de Hannover, hermana del novio, fue con Ben-Sylvester Stautmann, su chico, y esperaron a la novia dentro de la iglesia. La joven, que muy pronto cumplirá los 18 años, llevaba un vestido rosa muy floral y acompañó a su cuñada hasta el templo.
Tras finalizar la ceremonia, los novios se han dirigido hasta la galería Herrhausen, donde ofrerieron una recepción a sus 400 invitados, quienes tenían que ir vestidos de chaqué o traje oscuro. Más tarde, la fiesta se traslado al castillo de Mariemburg, propiedad de la Casa Hannover.
Ausencias inesperadas
Los grandes ausentes de la celebración fueron Ernesto de Hannover, padre del novio, y Carolina de Mónaco. El distanciamiento entre padre e hijo no es algo nuevo y hace tiempo que tienen una relación más que tensa. Cuatro días antes de la boda, Ernesto de Hannover hacía unas declaraciones al periódico Handelsblatt oponiéndose públicamente al matrimonio y anunciando que emprenderá medidas legales para recuperar los bienes que cedió a su hijo en 2005, entre ellos el castillo donde se celebró la boda: "Me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa de Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la casa desde hace siglos".