Tras haber celebrado allí su boda de cuento de hadas con Ekaterina Malysheva en el verano de 2017, el Príncipe Ernesto Augusto de Hannover sorprendió a todos al anunciar hace unos días una inesperada noticia: decide vender el Castillo de Marienburg al Estado por la cantidad simbólica de un euro. Algo que ha contrariado tanto a la opinión pública como a su propia familia.
Esta fortaleza construida a mediados del siglo XIX es desde hace 150 años la residencia oficial de la Dinastía Hannover, pero precisamente por su antigüedad necesita una reforma de manera urgente. Ante la incapacidad de hacer frente a la obra, el hijo mayor del Príncipe Ernesto de Hannover y Chantal Hochuli ha estado negociando durante años su cesión al Estado alemán y por fin han llegado a un acuerdo.
El trámite se ha hecho de manera simbólica a cambio de un euro y en principio será en 2020 cuando se inicien unas obras que ya están presupuestadas en 27 millones de euros. El objetivo del gobierno alemán no es otro que garantizar el acceso público a "este monumento de importancia natural", tal y como han indicado las autoridades.
La firme oposición del cabeza de familia
Cuando parecía que todo iba ya 'viento en popa' ha surgido un inesperado inconveniente: la firme oposición del Príncipe Ernesto de Hannover a la decisión de su hijo. De hecho, cabría recordar que no es la primera vez que se enfrenta a él, ya que en su día ya se opuso abiertamente a su boda con Ekaterina Malysheva alegando que la " preservación de los intereses de la Casa de Hannover " estaban en peligro en caso de un hipotético divorcio.
En cualquier caso, le guste al exmarido de Carolina de Mónaco o no, en 2004 cedió todas sus propiedades a su heredero y por lo tanto este tiene actualmente la potestad para gestionarlos como él considere conveniente. Es más, el propio Príncipe Ernesto Augusto ha declarado a este respecto: "Después de una revisión exhaustiva de la herencia, no hay duda de que tengo derecho en todos los asuntos relacionados con los bienes inmuebles y su inventario. No hay motivos para especular lo contrario".
Por su parte, su padre sostiene que se trata de una transacción "indigna e ilegal" y ya se ha puesto en contacto personalmente con las autoridades - en calidad de Jefe de la Casa Real de Hannover - para poner fin al proceso. Por el momento lo único que ha conseguido es paralizar las obras 'sine die' antes incluso de que estas se iniciasen.