La Casa de Hannover seguirá creciendo con el nacimiento de otro príncipe o princesa para esta dinastía que un día compartió este trono alemán con el de Reino Unido. Ernesto Augusto de Hannover y Ekaterina Malisheva serán padres de su tercer hijo a lo largo de 2021, una noticia confirmada por Bunte que ha llenado de felicidad a la Casa de Brunswick y Luneburgo.
Ernesto Augusto y Ekaterina de Hannover se casaron el 6 de julio de 2017 por lo civil en el Ayuntamiento de Hannover, uniéndose dos días más tarde en un matrimonio religioso que tuvo lugar en la Marktkirche de esta misma ciudad. El 22 de febrero de 2018 vino al mundo su primogénita, la Princesa Isabel, mientras que el 14 de marzo de 2019 nació su segundo hijo y heredero, el Príncipe Welf August de Hannover.
La guerra de los Hannover
Este será el tercer hijo de la pareja heredera de Hannover, así como el quinto nieto de Ernesto Augusto de Hannover y Chantal Hochuli. Si bien tendrá un trato cercano con su abuela paterna, no lo tendrá con su abuelo paterno, que está embarcado en una guerra familiar por el patrimonio de la dinastía que llegó hasta el punto no ya de no acudir a la boda o conocer a sus nietos, sino de negarse a reconocer a su nieto como siguiente heredero, lo que provocó que el Príncipe Ernesto Augusto obviara la tradición de llamar esta misma forma a su primer varón y optara por Welf August, haciendo así un guiño a la Casa Welf a la que pertenece la dinastía Hannover.
Los problemas vienen ya de lejos. En 2004, Ernesto de Hannover, legítimo heredero de esta dinastía destronada, pero con un importante patrimonio y con una importante relevancia dentro del Gotha a pesar de no reinar, cedió el control al mayor de sus tres hijos. El Príncipe de Hannover tiene dos vástagos de su matrimonio con Chantal Hochuli, Ernesto Augusto y Christian de Hannover, así como una hija, la Princesa Alexandra, nacida de su también fallido matrimonio con Carolina de Mónaco.
Sin embargo, no tardó en arrepentirse de su decisión. Estaba en contra del matrimonio de su sucesor con la rusa Ekaterina Malysheva, de la que decía que iba a llevarse todo el patrimonio familiar a Rusia y dejar sin nada a los Hannover, y los problemas no han hecho más que aumentar. Fue apartado también de la Fundación Duque de Cumberland, título de la Corona británica suspendido y que ostentó el primer príncipe de Reino Unido que no obtuvo también el trono de Hannover, Ernesto Augusto, que heredó este reino alemán, pero no el británico, que recayó en manos de su sobrina, la Reina Victoria. No solo no aceptó todo esto, sino que entró en una guerra con su hijo que dura ya años y en la que Ernesto Augusto tiene una buena aliada, su madrastra Carolina de Mónaco.
Separada de hecho de Ernesto de Hannover desde 2009, no se divorcia para perder su estatus de Princesa de Hannover con tratamiento de Alteza Real, superior a su derecho de nacimiento como Princesa de Mónaco, sino para evitar que el jefe de la dinastía alemana pueda volver a casarse, tener otro heredero legítimo y que desherede a sus tres hijos. El conflicto es complicado, pero mientras Ernesto de Hannover se desgasta en esta guerra familiar, su hijo amplía su feliz familia.