Galería: La Familia Real Griega en imágenes
El matrimonio entre Pablo de Grecia, entonces heredero al trono, y Federica de Hannover, fue por conveniencia dinástica. Ambos estaban emparentados al ser él tío segundo de ella, en concreto debido a que la madre de Pablo de Grecia, Sofía de Prusia, era hermana del abuelo materno de la Princesa Federica, el káiser Guillermo II. Ni eso, ni los 15 años que les separaban, ni tampoco la diferencia de religiones, ni cuestiones políticas. Nada ni nadie se interpuso, tampoco el Rey Jorge VI, que consintió el matrimonio tras el permiso solicitado por la novia de acuerdo con la Ley de Matrimonios Reales de 1772. Así, la pareja se casó el 9 de enero de 1938. Pablo y Federica de Grecia, que tuvieron que afrontar grandes penurias y afrontar numerosos problemas, formaron un matrimonio muy feliz hasta la muerte del Rey el 6 de marzo de 1964. Juntos tuvieron tres hijos: Sofía (1938), Constantino (1940) e Irene (1942). Los cinco estuvieron toda la vida profundamente unidos. Los Reyes se amaban entre sí y mantenían un fuerte vínculo con sus tres hijos. A su vez, los tres hermanos eran una piña en su niñez y juventud y han seguido siéndolo toda la vida.
Sus destinos han sido distintos y comenzaron a separarse cuando Sofía de Grecia dejó Tatoi para casarse con el entonces Príncipe Juan Carlos en 1962. Ese 14 de mayo, la Familia Real Griega estaba feliz ante el acontecimiento, pero al mismo tiempo triste al tener que separarse de Sofía, que renunciaba a ser Princesa de Grecia para entrar en la Familia Real Española con una dote autorizada por el Parlamento y un destino incierto al no estar claro qué iba a pasar con la Monarquía en aquellos tiempos de dictadura. Los años pasaron y pesaron. El Rey Pablo de Grecia murió en 1964, Constantino II subió al Trono, se casó con la Princesa Ana María de Grecia y perdió la Corona. La Familia Real Griega partió al exilio en 1967 después de que fallara su contragolpe contra los Coroneles. La Monarquía fue abolida en 1973, no permitiéndose el establecimiento de la Familia Real en Grecia hasta 2013, año en el que Constantino y Ana María se instalaron en el país en el que reinaron brevemente, siguiéndole su tercer hijo, el Príncipe Nicolás, y la esposa de este, la Princesa Tatiana.
Los Reyes Constantino y Ana María fueron padres de cinco hijos. Alexia (1965) y Pablo (1967) nacieron en Grecia. El 1969 vino al mundo Nicolás durante el exilio romano, mientras que Theodora (1983) y Felipe (1986) lo hicieron en Reino Unido, donde la Familia Real Griega se instaló de forma permanente arropados por sus parientes, la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo, nacido Príncipe de Grecia y Dinamarca y tío segundo del Rey Constantino. Mientras tanto, en España, Doña Sofía se convirtió en Reina consorte el 22 de noviembre de 1975. Su país de adopción dejó atrás la dictadura y se convirtió en una democracia plena a partir de las Elecciones de 1977 y la promulgación de la Constitución de 1978. Los Reyes Juan Carlos y Sofía fueron padres de tres hijos, la Infanta Elena (1963), la Infanta Cristina (1965) y Don Felipe (1968). La Monarquía disfrutaba de popularidad, España prosperaba y la Familia Real parecía ser feliz. Mientras tanto, la Griega lo era en lo personal, aunque con la amargura del exilio y la Corona que se perdió.
La Reina Sofía podía no tener nada que envidiar a su hermano, el rey destronado. Sin embargo, con el paso de los años sí ha acabado haciéndolo. Hablamos de envidia sana, porque Doña Sofía ama profundamente tanto a Constantino como a Irene, que son dos hermanos y confidentes a los que está muy unida. De hecho, la Princesa Irene vive de forma permanente en La Zarzuela con la Reina Sofía y ha sido y es su mejor acompañante, sobre todo ante los problemas familiares que tanto daño han hecho a una mujer tan familiar como la Reina Sofía.
La Reina Sofía mira con envidia cómo el matrimonio de su hermano es ejemplar. Los Reyes Constantino y Ana María siguen tan felices como el primer día, y los problemas a los que han tenido que enfrentarse no han hecho más que unirles. Doña Sofía prefiere no comparar ese matrimonio con el suyo, calificado por Jaime Peñafiel en una entrevista con Bekia como " una historia terrible y dramática. Nunca en un matrimonio ha habido tantos desencuentros, tanto desamor y tanta infidelidad". Pero hay más. Los Reyes Constantino y Ana María lograron crear una familia unida y feliz. Si bien hay muchos años de diferencia entre los tres primeros hijos y los dos últimos, se puede decir que son cinco hermanos muy unidos.
La Familia Real Griega no ha logrado estar unificada geográficamente. De hecho, el exilio en Londres no contribuyó a mantenerles juntos. Los Reyes, el Príncipe Nicolás y su mujer se instalaron en Grecia, mientras que Alexia de Grecia vivió con Carlos Morales en Barcelona y acabaron en Lanzarote, donde viven con sus cuatro hijos. Mientras, los Príncipes Pablo y Marie Chantal residieron entre Reino Unido y Estados Unidos con sus cinco hijos, hasta que optaron por mudarse de forma permanente al país americano. Allí, pero en la otra costa, concretamente en Los Angeles, está la Princesa Theodora, actriz de profesión, donde vive con Matthew Kumar. Y luego está Felipe de Grecia, casado con la suiza Nina Flohr, que se mueve entre Reino Unido y Nueva York. Cada uno por su lado, sí, pero todos muy unidos pese a la distancia.
Para muestra, durante el confinamiento organizaron una videollamada en la que participaron los Reyes de Grecia, sus cinco hijos y sus nueve nietos, cada uno desde su lugar de residencia. Un año después, y mientras la Reina Sofía e Irene de Grecia volvieron al país heleno para celebrar el 81 cumpleaños del Rey Constantino, aprovechando para cumplir con una intensa agenda, Nicolás de Grecia viajaba a Reino Unido con motivo de la Bienal de Diseño de Londres, donde representó a Grecia con la muestra 'Together'. Y allí estuvieron mostrándole su apoyo su hermano Felipe, su cuñada Nina y su sobrina Olympia de Grecia, dejando claro que pase lo que pase, los Grecia con una piña. Y eso son solo dos ejemplos.
Los no muy bien avenidos Borbón y Grecia
Mientras tanto, la Reina Sofía no puede juntar a sus tres hijos en el mismo lugar salvo en contadas ocasiones. La relación entre los Reyes Juan Carlos y Sofía es más inexistente que tensa, lo mismo que entre el Rey Felipe y la Infanta Elena, que más que llevarse mal, que no es eso, ya casi no se llevan. Al mismo tiempo, Don Felipe no se habla con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin y con su padre ha tenido sus más y sus menos, algo lógico teniendo en cuenta sus comportamientos. A ello se une el incidente entre la Reina Letizia y la Reina Sofía que mostró que el vínculo entre suegra y nuera está lejos de ser idílico y que provocó que precisamente Marie Chantal de Grecia estallara contra su prima política: "Estoy muy enfadada. Ninguna abuela merece este trato. Está enseñando su verdadera cara ", dijo la millonaria sobre el incidente entre las dos reinas.
Así, Doña Sofía se lleva bien con sus tres hijos y es una abuela dedicada, pero no cuenta con la armonía familiar de la que goza la Familia Real Griega, donde padres, hijos, hermanos y nietos se llevan muy bien, o al menos tienen una relación cordial. A ella le queda disfrutar de los suyos por separado, el apoyo inquebrantable de su hermana Irene de Grecia, así como disfrutar de la compañía de esa Familia Real Griega que también es la suya.