La vida de Iñaki Urdangarin dio un giro de 180 grados cuando estalló el Caso Nóos. Fue criticado, apartado, imputado, juzgado y condenado. El yerno y cuñado perfecto terminó siendo una pesadilla para la Familia Real, provocando el mayor escándalo al que se ha visto sometida la Corona.
Pese a ser condenado a 6 años y 3 meses, ha podido seguir residiendo en Ginebra tras una vistilla de medidas cautelares que fueron favorables para el exjugador de balonmano. Desde el 23 de febrero de 2017, el marido de la Infanta Cristina tiene obligación de comparecer el primer día de cada mes ante la autoridad judicial de su país de residencia, que es Suiza. Se le retira el pasaporte, tendrá que comunicar cualquier desplazamiento fuera de la Unión Europea y un cambio de domicilio aunque sea temporal.
Ahora, Iñaki Urdangarin espera la decisión del Tribunal Supremo después de que este miércoles 21 de marzo se celebrara una vista pública en la que fueron citadas las partes. La Fiscalía quiere que se aumenten tanto la pena de Urdangarin (a 10 años), como la de su exsocio Diego Torres (a 12 años y 4 meses), por considerarles el motor de los delitos que se han investigado y juzgado en el Caso Nóos. Por su parte, la defensa del yerno del Rey Juan Carlos pide la absolución.Mientras llega el momento, Iñaki Urdangarin se mantiene todo lo activo que puede. Ni trabaja ni volverá a hacerlo en mucho tiempo, es algo que le costó entender, pero ahora ya está resignado. Al menos ha encontrado aficiones, y tras necesitar ayuda psicológica para entender lo que le estaba pasando, ahora se encuentra mucho mejor, confiado en que todo va a salir bien y al menos tiempo preparado para lo que pueda venir.
Deportista y cocinillas
Uno de sus pasatiempos favoritos es el deporte. Fue jugador de balonmano y una vez retirado ha seguido practicando disciplinas, ya como hobby, y también para mantenerse bien. Cuando el Caso Nóos ya había estallado, el deporte le salvó totalmente, y ahora en Ginebra disfruta particularmente montando en bicicleta.
Además, como señala Vanitatis, está volcado en las tareas del hogar, y principalmente en la cocina. Ha encontrado el gusanillo a la gastronomía y está encantado de hacer la comida para los suyos. Le gusta, le entretiene y se siente útil, que es lo que más necesita en estos momentos.