Premios, aplausos, espontaneidad y complicidad
La acción se trasladó esa noche al CaixaForum de Barcelona, donde tuvo lugar la entrega en la que recibieron sus distinciones Guillermo García López, Premio FPdGi Artes y Letras 2020, Pepita Marín Rey-Stolle, Premio FPdGi Empresa 2020. Rubén Darío Costa Riquelme, Premio FPdGi Investigación Científica 2020, Guillermo Martínez Gauna-Vivas, Premio FPdGi Social 2020 y Boyan Slat, Premio FPdGi Internacional 2020, María Sánchez, Premio FPdGi Artes y Letras 2021, Lucía Goy Mastromiechele, Premio FPdGi Empresa 2021, César de la Fuente Núñez, Premio FPdGi Investigación Científica 2021, Ousman Umar, Premio FPdGi Social 2021 y Juan David Aristizábal, Premio FPdGi Internacional 2021. Orgullosa, la Princesa Leonor se encargó de entregarles el galardón que les acredita como flamantes ganadores.
El momento más esperado llegó con el discurso de la Princesa de Girona, que se quitó la mascarilla para dirigirse al público. La mitad de sus palabras fueron en catalán, lengua con la que comenzó para después terminar en castellano. Mostró una vez más que no solo conoce, sino que domina perfectamente el catalán. Entre sus palabras señaló: "Me alegra mucho volver a Cataluña, en Barcelona, donde hace casi dos años pude conocer de cerca la labor tan importante que hace la Fundación. Ahora, cuando los jóvenes necesitan más que nunca ser escuchados, el trabajo de la Fundación es aún más relevante. Para mí, como Princesa de Girona, es un orgullo ver como nuestra Fundación avanza año tras año en su trabajo por estos objetivos. Y ver cómo se consolida como una auténtica guía para los que estamos empezando nuestro camino".
Al terminar comenzó un aplauso, largo y emocionado. El Rey era el que más aplaudía, orgulloso como está de cada paso, de cada gesto, de cada palabra de su heredera. Se acercó a la Princesa de Asturias y se mostró muy cómplice con ella, como suele ser habitual. Además, antes de comenzar su discurso justificó la razón por la que había aplaudido tanto: "No es porque sea la Princesa, que también, pero es porque comparto todo lo que ha dicho, por eso aplaudía tanto aquí con ella", señaló el Rey con una espontaneidad que no es habitual en él y que le sale mucho más cuando se trata de sus hijas.
Cuando la Princesa Leonor volvió a su asiento se produjo otro gesto de espontaneidad, este menos llamativo porque vino del miembro de la Familia Real que muestra más esta cualidad. Se trata de la Infanta Sofía, que extendió el brazo para agarrar la mano de su hermana y mostrarle así el orgullo que sentía tras haber escuchado su discurso. Agradecida, la Princesa de Girona correspondió al gesto cerrando la mano y uniéndola a la de su hermana.
Con todo esto queda claro lo que estos galardones han mostrado sobre la Familia Real. Lo primero, su compromiso con la Fundación Princesa de Girona y con los jóvenes talentos. Lo segundo, con Catalunya, un territorio donde no todo el mundo les quiere, pero al que siguen volviendo y quieren seguir haciéndolo, también la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Se pone de manifiesto además que aunque la Infanta Sofía tiene un papel secundario, lo sabe y lo acepta, siempre encuentra algo para llamar una atención que es bien recibida, que no roba el foco a los protagonistas, es decir, a la Princesa Leonor y en menor medida el Rey Felipe. La Infanta Sofía es espontánea, y lo deja claro con sus looks y su forma de comportarse. Es sin embargo la Reina Letizia la que se 'esconde'. Consciente de que es momento de que brillen otros miembros de la Familia Real en este tipo de actos, se mantiene en un segundo plano y se muestra más pendiente de la Infanta Sofía, mientras que Don Felipe se 'ocupa' de su primogénita.
Esta entrega ha sido otro ejemplo del orgullo de Rey y de padre de Felipe VI con la Princesa Leonor, con la que tiene una enorme complicidad. Esa complicidad también existe entre la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, dos hermanas muy unidas que se quieren, se entienden, se apoyan, se respetan y se sienten muy orgullosas la una de la otra. Esta Familia Real, o al menos estos cuatro miembros principales de la Familia Real, saben remar en la misma dirección.